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Trabajando como siempre [Libre]
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Trabajando como siempre [Libre]
Orden: Lexie - Korra - Bruce - Libre - Libre.
Era una tarde normal como siempre. Eran las 5 P.m. y la gente comenzaba a llegar a la cafetería duplicando mi trabajo. Más aun había faltado Susan mi compañera de trabajo y tenia que ir a las apuradas anotando los pedidos y entregándolos en las mesas a tiempo.
De fondo para que el ambiente fuera más agradable, el jefe ponía música. En estos momentos se escuchaba “Crazy for you” de Adele.
Agradecía que no hubiera puesto “Someone like you” porque temía que las personas solitarias del lugar se pusieran melodramáticas.
Pase por la mesa dos y tres que se encontraban completas por cuatro personas en cada mesa. Anote sus pedidos que para complicarme la vida eran todos diferentes y fui a darle la lista Jerry el cocinero que también se encontraba de la misma manera que yo a las apuradas ya que el novio de mi compañera de trabajo era el compañero de Jerry cocinando.
Por lo que sabia eran una pareja que venían desde New York tratando de comenzar una vida desde cero, pero últimamente faltaban demasiado al trabajo. Seguramente el jefe los despediría a finales de mes.
Al cabo de 10 minutos ya estaba de nuevo en marcha entregando los pedidos a las respectivas mesas, pero cuando pensé que podía tomarme un respiro ya comenzaba a entrar más gente en la “agradable” cafetería de Seattle.
Última edición por Lexie A. Brooks el Miér Jun 27, 2012 11:46 pm, editado 1 vez
Lexie A. Brooks- █ Mensajes : 9
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Re: Trabajando como siempre [Libre]
Me parecían eternos los días desde que había dejado casa. Todos estaban en desacuerdo de que me fuera de ahí, pero yo creía lo contrarío, no tendría ni idea a que cosas me iba a enfrentar si no salía de ese lugar, tenía que conocer los problemas yo misma y aprender a solucionarlos, fue así como escape, aunque mi maestra, Katara, supo que lo haría y me deseo suerte, me bastaban sus palabras de aliento para salir adelante.
El viaje no fue fácil, estuvo complicado tener que recorrer bastantes kilómetros en barcos cargueros, aviones, y demás transportes. No tenía un rumbo fijo y en cada lugar me parecía mas difícil encontrar un lugar en donde practicar y aprender mas de mis habilidades, parecía que hacer ciertas cosas, no las tomaban de la mejor manera, pero, ¿no era esto normal? Había personas con habilidades poco comunes, ¿no? Entonces porque les parecía extraño cuando use agua control en una aldea, su sorpresa fue tan grande y aterradora que tuve que huir y seguir mi camino. Era un alivio que gracias a lo que sabía sumado a mis habilidades naturales, pude sobrevivir y seguir mi camino mas allá de lo que tenía pensado.
Sea… Seattle. Murmure esperando que el nombre no se me olvidara. Era un lindo lugar, pero desconocía muchas cosas. Como esos artefactos cuadrados que tenían imágenes y se movían y hablaban… Televisores, creo que así se llamaban, ¡también esos otros aparatos!, pequeños y la gente les hablaba, como si tuvieran vida. Extraño, muy extraño…
Las horas pasaron y seguí caminando por una calle que se acercaba mucho al océano, me encantaba, el sonido, la brisa del mar… este lugar me parecía un poco mas familiar con el océano tan cerca. Sinceramente, extrañaba a mi familia, extrañaba las cosas de mi tierra natal, estaba tan lejos como para dar un paso atrás y regresar.
[…]
Tenía hambre y necesitaba conseguir algunas cuantas cosas para seguir mi camino, pero… ¿Por qué no buscar aquí? Estaba muy poblado, tal vez aquí podía encontrar a alguien que me ayudara en el aire control, alguien que pudiera usar ese elemento a su favor. Deje que mis pies me llevaran, camine sin pensar hacía donde iba y llegue justo a un lugar que parecía el indicado.
Entre empujando la puerta y con mi rostro exprese la sorpresa que ese lugar me provoco. Era más o menos grande, había mesas y sillas por todos lados y viendo a todos los demás ahí sentados –que por cierto, me miraban de manera extraña… tal vez mi vestimenta, puesto que, echando un vistazo rápido, nadie más vestía como yo– por obviedad, hice lo mismo que todos los que estaban ahí y unas cuantas personas mas que entraron, sentarme en una mesa, aunque ahora… no tenía ni la mas mínima idea de que hacer, había comida, eso lo sabía por el olor que inundaba el lugar y porque los demás tenían deliciosos platillos sobre la mesa, pero no sabía como tenía que pedirla. Desde que tenía memoría, las personas de la fortaleza me habian servido a mi en lo que yo quisiera... era por esa razón que había decidido irme y conocer el mundo.
El viaje no fue fácil, estuvo complicado tener que recorrer bastantes kilómetros en barcos cargueros, aviones, y demás transportes. No tenía un rumbo fijo y en cada lugar me parecía mas difícil encontrar un lugar en donde practicar y aprender mas de mis habilidades, parecía que hacer ciertas cosas, no las tomaban de la mejor manera, pero, ¿no era esto normal? Había personas con habilidades poco comunes, ¿no? Entonces porque les parecía extraño cuando use agua control en una aldea, su sorpresa fue tan grande y aterradora que tuve que huir y seguir mi camino. Era un alivio que gracias a lo que sabía sumado a mis habilidades naturales, pude sobrevivir y seguir mi camino mas allá de lo que tenía pensado.
Sea… Seattle. Murmure esperando que el nombre no se me olvidara. Era un lindo lugar, pero desconocía muchas cosas. Como esos artefactos cuadrados que tenían imágenes y se movían y hablaban… Televisores, creo que así se llamaban, ¡también esos otros aparatos!, pequeños y la gente les hablaba, como si tuvieran vida. Extraño, muy extraño…
Las horas pasaron y seguí caminando por una calle que se acercaba mucho al océano, me encantaba, el sonido, la brisa del mar… este lugar me parecía un poco mas familiar con el océano tan cerca. Sinceramente, extrañaba a mi familia, extrañaba las cosas de mi tierra natal, estaba tan lejos como para dar un paso atrás y regresar.
[…]
Tenía hambre y necesitaba conseguir algunas cuantas cosas para seguir mi camino, pero… ¿Por qué no buscar aquí? Estaba muy poblado, tal vez aquí podía encontrar a alguien que me ayudara en el aire control, alguien que pudiera usar ese elemento a su favor. Deje que mis pies me llevaran, camine sin pensar hacía donde iba y llegue justo a un lugar que parecía el indicado.
Entre empujando la puerta y con mi rostro exprese la sorpresa que ese lugar me provoco. Era más o menos grande, había mesas y sillas por todos lados y viendo a todos los demás ahí sentados –que por cierto, me miraban de manera extraña… tal vez mi vestimenta, puesto que, echando un vistazo rápido, nadie más vestía como yo– por obviedad, hice lo mismo que todos los que estaban ahí y unas cuantas personas mas que entraron, sentarme en una mesa, aunque ahora… no tenía ni la mas mínima idea de que hacer, había comida, eso lo sabía por el olor que inundaba el lugar y porque los demás tenían deliciosos platillos sobre la mesa, pero no sabía como tenía que pedirla. Desde que tenía memoría, las personas de la fortaleza me habian servido a mi en lo que yo quisiera... era por esa razón que había decidido irme y conocer el mundo.
Korra- █ Mensajes : 21
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Re: Trabajando como siempre [Libre]
Las arduas jornadas de trabajo e investigación en la torre me estaban dejando sin aliento, ya incluso me costaba mantenerme despierto y no podía aguantar la presión por mucho más tiempo... Necesitaba un descanso o el contador de días sin "accidentes" podría volver a cero en cualquier momento.
Ya mi decisión estaba tomada, me iría una semana de descanso a conocer alguna ciudad y la elegida había sido Seattle, allá sin lugar a dudas descansaría y cenaría en la Space Needle para variar y conocer una de las mayores atracciones de dicha ciudad. Estaba seguro que mi presencia no era necesaria en la torre así que informé que me iba por una semana y dejé como pedido que por favor no se arrancaran los ojos en mi ausencia, especialmente Natasha a Stark.
El viaje fue completamente normal, un poco de turbulencia en el avión, de resto todo estuvo dentro de lo planeado y fue relativamente rápido, me fui a un hotel cercano al aeropuerto en donde dejé mi maleta y luego salí a dar un pequeño paseo ya que ese era el plan, perderme en una ciudad desconocida, relajarme y disfrutar de una semana muy merecida de descanso.
Comencé a caminar entre las calles de Seattle y sin darme cuenta ya tenía en frente de mi al gran océano, esa imponente masa azul que se extendía hasta el horizonte, seguí por la calle hasta que vi un lugar que parecía agradable o por lo menos muy concurrido, tanto que tuve que esperar a que unas personas salieran para poder sentarme en alguna mesa disponible. Miré a mi alrededor y solo había una chica joven, aparentemente veinte años, atendiendo sola; aún no entiendo por qué dejan a una chica sola para atender a tanta gente pero no era nadie para juzgar, las otras mesas estaban casi todas ocupadas por tres o más personas y había mucho ruido, lo único fuera de lo normal era la mesa que estaba justo al lado de la mía porque estaba una mujer sola y con una vestimenta muy extraña, una ropa que jamás había visto.
Esperé a que la chica se acercara a mí para pedirle un café mientras mis ojos iban y venían entre la chica que me atendía y aquella solitaria y extraña mujer sentada en la mesa contigua.
-Disculpa, me traes un café por favor. Muchas gracias. Sentencié la frase con una sonrisa y continué observando a aquella misteriosa mujer que aparentemente no estaba haciendo nada y miraba con un particular desconcierto.
Ya mi decisión estaba tomada, me iría una semana de descanso a conocer alguna ciudad y la elegida había sido Seattle, allá sin lugar a dudas descansaría y cenaría en la Space Needle para variar y conocer una de las mayores atracciones de dicha ciudad. Estaba seguro que mi presencia no era necesaria en la torre así que informé que me iba por una semana y dejé como pedido que por favor no se arrancaran los ojos en mi ausencia, especialmente Natasha a Stark.
El viaje fue completamente normal, un poco de turbulencia en el avión, de resto todo estuvo dentro de lo planeado y fue relativamente rápido, me fui a un hotel cercano al aeropuerto en donde dejé mi maleta y luego salí a dar un pequeño paseo ya que ese era el plan, perderme en una ciudad desconocida, relajarme y disfrutar de una semana muy merecida de descanso.
Comencé a caminar entre las calles de Seattle y sin darme cuenta ya tenía en frente de mi al gran océano, esa imponente masa azul que se extendía hasta el horizonte, seguí por la calle hasta que vi un lugar que parecía agradable o por lo menos muy concurrido, tanto que tuve que esperar a que unas personas salieran para poder sentarme en alguna mesa disponible. Miré a mi alrededor y solo había una chica joven, aparentemente veinte años, atendiendo sola; aún no entiendo por qué dejan a una chica sola para atender a tanta gente pero no era nadie para juzgar, las otras mesas estaban casi todas ocupadas por tres o más personas y había mucho ruido, lo único fuera de lo normal era la mesa que estaba justo al lado de la mía porque estaba una mujer sola y con una vestimenta muy extraña, una ropa que jamás había visto.
Esperé a que la chica se acercara a mí para pedirle un café mientras mis ojos iban y venían entre la chica que me atendía y aquella solitaria y extraña mujer sentada en la mesa contigua.
-Disculpa, me traes un café por favor. Muchas gracias. Sentencié la frase con una sonrisa y continué observando a aquella misteriosa mujer que aparentemente no estaba haciendo nada y miraba con un particular desconcierto.
Bruce Banner- █ Mensajes : 162
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Re: Trabajando como siempre [Libre]
Ya comenzaba a pensar una venganza para mi dulce compañera que me había dejado con tanto trabajo. Lo peor de todo era que ni siquiera me pagarían más por hacer todo solo. Seguirá con el mismo sueldo de siempre que apenas me alcanzaba para pagar los gastos del departamento y comprarme algo de ropa o libros cada varios meses.
Deje mi plan de la venganza de lado y recogí las cosas de varias mesas junto a las propinas que guardaba en el bolsillo de mi delantal. Creo que iba a ser lo único bueno del día. No tendría que dividir las propinas con mi compañera.
Con una sonrisa agradable seguí atendiendo y anotando los pedidos de los clientes, ellos no tenían la culpa de que tuviera que hacer todo sola y si quería que volvieran tendría que tratarlos de buena manera.
Cuando por fin todos tenían sus pedidos, me senté un rato para descansar y a los 5 minutos vi entrar a una chica de un aspecto un tanto extraño. A los que andaban prestando atención como yo a la chica al parecer se les paso el mismo pensamiento porque la miraron con extrañeza igual que yo.
Pero bueno siempre había cosas nuevas en Seattle así que no iba a juzgar su manera de vestir ya que yo tampoco era la reina de la moda teniendo puesto un traje de camarera y con el olor de la comida de la cafetería ya impregnado en el pelo cuando todos los días por la mañana entraba con un agradable olor a frutilla.
Me pare y me acerque a su mesa, notando también como ingresaba otro cliente a la cafetería.
— Buenas tardes. ¿Qué desea ordenar? — Le pregunte con una sonrisa agradable para que se olvidara de la gente que la miraba ya que yo si tanta gente me estuviera mirando me sentiría incomoda, pero cada quien era un mundo, quien sabría como se sentiría aquella chica mientras la gente la miraba extrañada.
Mientras esperaba que la mujer me dijera que iba a ordenar escuche que el hombre que se había sentado en la mesa de al lado me pedía un café.
Lo anote rápidamente al lado del numero de la mesa para no confundirme luego y seguí esperando la respuesta de la chica.
— Buenas tardes. Enseguida le traigo su pedido señor. — Le conteste al hombre de pelo negro con la misma sonrisa y una voz dulce que le había hablado a mujer de pelo castaño y vestimenta poco común en Seattle.
Deje mi plan de la venganza de lado y recogí las cosas de varias mesas junto a las propinas que guardaba en el bolsillo de mi delantal. Creo que iba a ser lo único bueno del día. No tendría que dividir las propinas con mi compañera.
Con una sonrisa agradable seguí atendiendo y anotando los pedidos de los clientes, ellos no tenían la culpa de que tuviera que hacer todo sola y si quería que volvieran tendría que tratarlos de buena manera.
Cuando por fin todos tenían sus pedidos, me senté un rato para descansar y a los 5 minutos vi entrar a una chica de un aspecto un tanto extraño. A los que andaban prestando atención como yo a la chica al parecer se les paso el mismo pensamiento porque la miraron con extrañeza igual que yo.
Pero bueno siempre había cosas nuevas en Seattle así que no iba a juzgar su manera de vestir ya que yo tampoco era la reina de la moda teniendo puesto un traje de camarera y con el olor de la comida de la cafetería ya impregnado en el pelo cuando todos los días por la mañana entraba con un agradable olor a frutilla.
Me pare y me acerque a su mesa, notando también como ingresaba otro cliente a la cafetería.
— Buenas tardes. ¿Qué desea ordenar? — Le pregunte con una sonrisa agradable para que se olvidara de la gente que la miraba ya que yo si tanta gente me estuviera mirando me sentiría incomoda, pero cada quien era un mundo, quien sabría como se sentiría aquella chica mientras la gente la miraba extrañada.
Mientras esperaba que la mujer me dijera que iba a ordenar escuche que el hombre que se había sentado en la mesa de al lado me pedía un café.
Lo anote rápidamente al lado del numero de la mesa para no confundirme luego y seguí esperando la respuesta de la chica.
— Buenas tardes. Enseguida le traigo su pedido señor. — Le conteste al hombre de pelo negro con la misma sonrisa y una voz dulce que le había hablado a mujer de pelo castaño y vestimenta poco común en Seattle.
Última edición por Lexie A. Brooks el Jue Jun 28, 2012 3:12 pm, editado 1 vez
Lexie A. Brooks- █ Mensajes : 9
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Re: Trabajando como siempre [Libre]
Levante una ceja. ¿Tan extraña estaba mi ropa?, ¿o que era lo que me veían tan insistentemente? Así vestíamos allá… Me agache un poco, escondiéndome de aquellas miradas. Creo que no había sido tan buena idea adentrarme a la ciudad, fácil podía atrapar algunos peces en el mar y durante mi búsqueda me serían suficientes… Un hombre se sentó justo a un lado de mí, en la mesa de al lado. Fruncí el ceño cuando sentí su mirada y lo mire también, entornando los ojos y clave mis ojos en él hasta que una chica apareció diciendo que deseaba ordenar. Buena pregunta… Lo mismo que él. Señale al hombre de cabello castaño, aunque eran contadas las veces que había probado café… ¡Y algo de carne!, un pescado frito tal vez… Asentí sonriendo, saboreando ya ese platillo.
Minutos después, mientras esperaba, recargue mi codo sobre la mesa, apoyando así mi rostro sobre mi mano y exhale. Y si no encontraba a nadie que me ayudara, que me enseñara… tendría que regresar y permanecer enclaustrada por el resto de mi vida, me parecía absurdo que yo y mis antepasados tuviéramos que escondernos. Teníamos habilidades, habilidades realmente sorprendentes, podíamos ayudar a muchas personas, era nuestro deber… pero según mi maestra, en estos últimos tiempos, era imposible que pensaran que aquellas habilidades eran un punto a favor para los habitantes de la tierra. Yo quería mostrar que no podía hacer algo de ayuda, quedándome allí escondida de todos, tenía que solucionar los problemas, mostrarme tal cual era. Mostrando lo que yo era.
Desvié mi mirada que permanecía perdida en la nada y me encontré con el hombre de nuevo. Debajo de la mesa, moví levemente mi pie derecho hacía un lado con rapidez y firmeza en dirección suya, al hacer eso, como si la tierra hubiera cobrado vida, la mesa dio un leve “salto”, fue mas como un movimiento irregular. Silbe como para disimular mi pequeña travesura.
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Minutos después, mientras esperaba, recargue mi codo sobre la mesa, apoyando así mi rostro sobre mi mano y exhale. Y si no encontraba a nadie que me ayudara, que me enseñara… tendría que regresar y permanecer enclaustrada por el resto de mi vida, me parecía absurdo que yo y mis antepasados tuviéramos que escondernos. Teníamos habilidades, habilidades realmente sorprendentes, podíamos ayudar a muchas personas, era nuestro deber… pero según mi maestra, en estos últimos tiempos, era imposible que pensaran que aquellas habilidades eran un punto a favor para los habitantes de la tierra. Yo quería mostrar que no podía hacer algo de ayuda, quedándome allí escondida de todos, tenía que solucionar los problemas, mostrarme tal cual era. Mostrando lo que yo era.
Desvié mi mirada que permanecía perdida en la nada y me encontré con el hombre de nuevo. Debajo de la mesa, moví levemente mi pie derecho hacía un lado con rapidez y firmeza en dirección suya, al hacer eso, como si la tierra hubiera cobrado vida, la mesa dio un leve “salto”, fue mas como un movimiento irregular. Silbe como para disimular mi pequeña travesura.
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Korra- █ Mensajes : 21
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Re: Trabajando como siempre [Libre]
Mi café llegaría pronto o por lo menos eso era lo que yo esperaba porque estaba un poco incomodo con la cantidad casi ridícula de gente que entraba y salía de aquella cafetería así que o era muy buena o tenía muy buenos precios. Las mesas eran ocupadas por más y más personas, unas de aspecto muy agradable y otras oscas y con una actitud relativamente hostil que me hacían sentir un poco incómodo especialmente porque había una mesa con 5 hombres que no le quitaban los ojos de encima a esa extraña y distraída mujer que había pedido un café y pescado frito.
El olor proveniente de la cocina comenzaba a dejar inservible mi sentido del olfato ya que el olor era muy fuerte y me encontraba cerca de la fuente de ese particular aroma, mis ojos seguían atentos aunque mi mente se había transportado a un espacio totalmente diferente, mis pensamientos se habían posado en los múltiples documentos que había dejado en mi escritorio con todas las investigaciones. Ya que estaba alejado de toda presión, mi mente podía pensar más claramente así que comencé a atar algunos cabos que no había podido ver y que ahora me parecían tan simples, saqué rápidamente una pequeña libreta y un lápiz que tenía en un bolsillo y comencé a anotar unas ecuaciones y la resolución de las mismas.
Un pequeño ruido me sacó de mi libreta y trajo a mi cerebro de nuevo a esta mediana cafetería de Seattle y mis ojos inmediatamente se posaron en la mesa de la mujer solitaria que se había movido unos escasos milímetros y la causante de eso ahora comenzaba a silbar como si nada hubiera ocurrido. Nada que llegaba mi café y realmente estaba comenzando a desesperarme, le di otra mirada a las personas que estaban compartiendo el espacio conmigo, de nuevo me detuve en la mujer a mi lado solo que esta vez noté algo diferente... sus ojos, unos ojos extremadamente azules, tan azules como el océano que había visto antes de entrar aquí, unos ojos de un color tan vivo que no tenía comparación, fue simplemente imposible apartar mi vista de esa ventana al mismo océano.
Al cabo de un rato aparté mis ojos de ella, no quería que se sintiera muy incómoda pero debía hablarle o por lo menos mostrar una muestra de cordialidad. El la última página de mi libreta anoté una frase muy simple: "Café y pescado frito no es un combinación muy acertada, ¿Segura que elegiste bien?" La arranqué, la doblé por la mitad y estiré mi brazo para dejar ese papel doblado en la mesa de la solitaria mujer de ojos resplandecientes y con una tenue sonrisa volví a tomar mi posición original a esperar la reacción de esa dama.
El olor proveniente de la cocina comenzaba a dejar inservible mi sentido del olfato ya que el olor era muy fuerte y me encontraba cerca de la fuente de ese particular aroma, mis ojos seguían atentos aunque mi mente se había transportado a un espacio totalmente diferente, mis pensamientos se habían posado en los múltiples documentos que había dejado en mi escritorio con todas las investigaciones. Ya que estaba alejado de toda presión, mi mente podía pensar más claramente así que comencé a atar algunos cabos que no había podido ver y que ahora me parecían tan simples, saqué rápidamente una pequeña libreta y un lápiz que tenía en un bolsillo y comencé a anotar unas ecuaciones y la resolución de las mismas.
Un pequeño ruido me sacó de mi libreta y trajo a mi cerebro de nuevo a esta mediana cafetería de Seattle y mis ojos inmediatamente se posaron en la mesa de la mujer solitaria que se había movido unos escasos milímetros y la causante de eso ahora comenzaba a silbar como si nada hubiera ocurrido. Nada que llegaba mi café y realmente estaba comenzando a desesperarme, le di otra mirada a las personas que estaban compartiendo el espacio conmigo, de nuevo me detuve en la mujer a mi lado solo que esta vez noté algo diferente... sus ojos, unos ojos extremadamente azules, tan azules como el océano que había visto antes de entrar aquí, unos ojos de un color tan vivo que no tenía comparación, fue simplemente imposible apartar mi vista de esa ventana al mismo océano.
Al cabo de un rato aparté mis ojos de ella, no quería que se sintiera muy incómoda pero debía hablarle o por lo menos mostrar una muestra de cordialidad. El la última página de mi libreta anoté una frase muy simple: "Café y pescado frito no es un combinación muy acertada, ¿Segura que elegiste bien?" La arranqué, la doblé por la mitad y estiré mi brazo para dejar ese papel doblado en la mesa de la solitaria mujer de ojos resplandecientes y con una tenue sonrisa volví a tomar mi posición original a esperar la reacción de esa dama.
Bruce Banner- █ Mensajes : 162
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Re: Trabajando como siempre [Libre]
Cuando la chica me dijo cual era su pedido, levante una ceja mientras lo anotaba. Era un pedido un tanto extraño, café con pescado frito, pero no hice ningún comentario ya que hubiera quedado irrespetuoso.
— Enseguida les traigo sus pedidos — Les avise y di media vuelta.
La canción había terminado y ahora se escuchaba “Escape me” de tiesto ft CC Sheffield.
Fui a las apuradas a decirle a Jerry que cocinara un plato de pescado frito mientras yo me ponía a hacer el café, lo cual no tardo demasiado.
Me acerque a las mesas con las dos tasas de café y se las puse una enfrente de cada uno.
— Hoy la primera tasa de café va por cuenta de la casa —
Les conté sonriendo. Ese era uno de los motivos por el cual se había llenado tanto la cafetería, aunque siempre estaba llena con ofertas o sin ella. Llevaba tantos años en la ciudad esta cafetería que para los que vivían en Seattle era típico venir a comer o tomar un café aquí todos los días.
La música aliviaba un poco el barullo de tanta gente hablando, pero también hacia que se escuchara un poco baja.
Fui anotando los pedidos de los clientes que seguían entrando mientras recogía y limpiaba las mesas que se iban desocupando lo más rápido. Definitivamente este mes iba a pedir un aumento de sueldo.
Volví con Jerry dándole la enorme lista de cosas que tenia que cocinar mientras tomaba el plato de pescado frito que ya estaba listo para ser entregado.
Mientras me dirigía a la mesa, de repente me tropecé. Bueno era de esperarse ya que ir a las apuradas de un lado a otro no era bueno, pero no tenía tiempo para también limpiar. Dije en un susurro tratando de no mover muchos los labios así nadie se daría cuenta “Aire no me dejes caer” y sentí como me sostenía en el lugar, poniendo rápidamente un pie delante del otro todo en unos segundos y seguí caminando hasta llegar a la mesa. Sí alguien me veía siempre metía la escusa de que estaba acostumbrada a tropezar y ya estaba preparada para poner un pie de apoyo y no caerme. Siempre lo creían, ya que no encontraban otra forma de explicarlo y no tenían ganas de maquinar mucho la cabeza ni era algo muy sospechoso.
— Tome señorita, espero que le guste. —
Dije amablemente con un tono feliz y seguí con mi trabajo.
— Enseguida les traigo sus pedidos — Les avise y di media vuelta.
La canción había terminado y ahora se escuchaba “Escape me” de tiesto ft CC Sheffield.
Fui a las apuradas a decirle a Jerry que cocinara un plato de pescado frito mientras yo me ponía a hacer el café, lo cual no tardo demasiado.
Me acerque a las mesas con las dos tasas de café y se las puse una enfrente de cada uno.
— Hoy la primera tasa de café va por cuenta de la casa —
Les conté sonriendo. Ese era uno de los motivos por el cual se había llenado tanto la cafetería, aunque siempre estaba llena con ofertas o sin ella. Llevaba tantos años en la ciudad esta cafetería que para los que vivían en Seattle era típico venir a comer o tomar un café aquí todos los días.
La música aliviaba un poco el barullo de tanta gente hablando, pero también hacia que se escuchara un poco baja.
Fui anotando los pedidos de los clientes que seguían entrando mientras recogía y limpiaba las mesas que se iban desocupando lo más rápido. Definitivamente este mes iba a pedir un aumento de sueldo.
Volví con Jerry dándole la enorme lista de cosas que tenia que cocinar mientras tomaba el plato de pescado frito que ya estaba listo para ser entregado.
Mientras me dirigía a la mesa, de repente me tropecé. Bueno era de esperarse ya que ir a las apuradas de un lado a otro no era bueno, pero no tenía tiempo para también limpiar. Dije en un susurro tratando de no mover muchos los labios así nadie se daría cuenta “Aire no me dejes caer” y sentí como me sostenía en el lugar, poniendo rápidamente un pie delante del otro todo en unos segundos y seguí caminando hasta llegar a la mesa. Sí alguien me veía siempre metía la escusa de que estaba acostumbrada a tropezar y ya estaba preparada para poner un pie de apoyo y no caerme. Siempre lo creían, ya que no encontraban otra forma de explicarlo y no tenían ganas de maquinar mucho la cabeza ni era algo muy sospechoso.
— Tome señorita, espero que le guste. —
Dije amablemente con un tono feliz y seguí con mi trabajo.
Lexie A. Brooks- █ Mensajes : 9
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Re: Trabajando como siempre [Libre]
No era muy común que yo esperara, aunque también tenía que decir que no muchas veces había esperado por algo, todo me lo tenían al momento de pedirlo, nunca fui exigente, pero creo que era una costumbre realmente mala, debía de cambiarla antes de acostumbrarme a las comodidades que tiempo atrás tenía. Sí bien, ya llevaba mucho tiempo sin aquellos lujos, por nombrarlos de alguna forma, aun tenía la mala costumbre de no esperar. Pero para eso viajaba, ¿no? Encontrar a alguien que me ayudara con ese aspecto mío, el autocontrol, la paciencia que tanto me faltaba…
Ante aquel casi imperceptible movimiento telúrico, el hombre reacciono, también él estaba perdido en sus pensamientos. A juzgar por su apariencia, sin contar su vestimenta, ese semblante en su rostro, su mirada pasiva y tranquila, me hacía recordar a los maestros Aire, siempre tranquilos y en armonía. Podía haber ido con un maestro Aire, el único que había hasta ahora, pero la razón también era ver y aprender de los problemas, además de encontrar soluciones desde mi punto de vista. En todo caso, no me hubiera movido de donde estaba, los Avatares y todo maestro se ocultaban desde tiempos inmemoriales, solucionaban problemas desde “las sombras”, sin que nadie se enterara de sus proezas y conforme avanzo el tiempo, se juzgo a esos actos, como productos hechos por Dioses.
Mire de reojo al desconocido y vi la hoja de papel doblada que colocaba en mi mesa, levante una ceja y dude en tomarla. Termine por tomar dicha hoja después de unos minutos, cuando la chica que me atendió regresaba; la desdoble y leí, sonriendo al momento. Era cierto, pero el hambre creo que había echo de las suyas y además… yo no tenía reparos en aquello de comer, siempre había tenido muy buen apetito… ya lo había pedido y estaba en camino…
El café llego a su mesa y a la mía, ¡Hey, gracias! Agradecí. Sonreí inclinándome un poco sobre la taza y oliendo el aroma que despedía dicha bebida y después, en camino, venía el pescado.
La joven tropezó, pero todo paso en cuestión de segundos cuando ella caminaba de nuevo como si nada hubiera pasado, me pareció extraño sentir una leve brisa, o tal vez lo extraño era que me estaba imaginando cosas, era mejor comer.
Al tener todo listo, tome la taza y voltee hacía el hombre que momentos antes me había dado aquel pedazo de papel. Ahora lo averiguare. Dije respondiendo a su pregunta escrita en la hoja. Di un sorbo a la taza, pero enseguida lo escupí. ¡Iugh! Esto esta amargo. Cuando menos me di cuenta, el café que había escupido, estaba esparcido entre la mesa y la ropa del desconocido. Me encogí en hombros y medio sonreí. ¡Disculpa, no quise hacerlo! Hice una pausa, que bueno que sabía controlar el agua. Yo te ayudo a quitar ese café de tu ropa. Me levante de la silla y con unos movimientos sutiles con las manos el café se comenzó a desprender de su ropa y se removió de la mesa, formando pequeñas gotas levitando sobre el aire, para finalizar, hice otro movimiento y este regreso hasta la taza. Es útil, ¿no crees? Pregunte sonriendo de lo mas orgullosa pero al ver el rostro de la mayoría de todo los que estaban ahí, parecía que eso no era algo por lo cual estar orgullosa.
Había olvidado poner el traje que trae puesto:
Atuendo: x, x
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Ante aquel casi imperceptible movimiento telúrico, el hombre reacciono, también él estaba perdido en sus pensamientos. A juzgar por su apariencia, sin contar su vestimenta, ese semblante en su rostro, su mirada pasiva y tranquila, me hacía recordar a los maestros Aire, siempre tranquilos y en armonía. Podía haber ido con un maestro Aire, el único que había hasta ahora, pero la razón también era ver y aprender de los problemas, además de encontrar soluciones desde mi punto de vista. En todo caso, no me hubiera movido de donde estaba, los Avatares y todo maestro se ocultaban desde tiempos inmemoriales, solucionaban problemas desde “las sombras”, sin que nadie se enterara de sus proezas y conforme avanzo el tiempo, se juzgo a esos actos, como productos hechos por Dioses.
Mire de reojo al desconocido y vi la hoja de papel doblada que colocaba en mi mesa, levante una ceja y dude en tomarla. Termine por tomar dicha hoja después de unos minutos, cuando la chica que me atendió regresaba; la desdoble y leí, sonriendo al momento. Era cierto, pero el hambre creo que había echo de las suyas y además… yo no tenía reparos en aquello de comer, siempre había tenido muy buen apetito… ya lo había pedido y estaba en camino…
El café llego a su mesa y a la mía, ¡Hey, gracias! Agradecí. Sonreí inclinándome un poco sobre la taza y oliendo el aroma que despedía dicha bebida y después, en camino, venía el pescado.
La joven tropezó, pero todo paso en cuestión de segundos cuando ella caminaba de nuevo como si nada hubiera pasado, me pareció extraño sentir una leve brisa, o tal vez lo extraño era que me estaba imaginando cosas, era mejor comer.
Al tener todo listo, tome la taza y voltee hacía el hombre que momentos antes me había dado aquel pedazo de papel. Ahora lo averiguare. Dije respondiendo a su pregunta escrita en la hoja. Di un sorbo a la taza, pero enseguida lo escupí. ¡Iugh! Esto esta amargo. Cuando menos me di cuenta, el café que había escupido, estaba esparcido entre la mesa y la ropa del desconocido. Me encogí en hombros y medio sonreí. ¡Disculpa, no quise hacerlo! Hice una pausa, que bueno que sabía controlar el agua. Yo te ayudo a quitar ese café de tu ropa. Me levante de la silla y con unos movimientos sutiles con las manos el café se comenzó a desprender de su ropa y se removió de la mesa, formando pequeñas gotas levitando sobre el aire, para finalizar, hice otro movimiento y este regreso hasta la taza. Es útil, ¿no crees? Pregunte sonriendo de lo mas orgullosa pero al ver el rostro de la mayoría de todo los que estaban ahí, parecía que eso no era algo por lo cual estar orgullosa.
Había olvidado poner el traje que trae puesto:
Atuendo: x, x
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Re: Trabajando como siempre [Libre]
La chica de enfrente dudó un poco al ver el papel sobre su mesa, era la reacción más lógica o por lo menos eso me pareció a mí ya que era un poco extraño que un desconocido se quedara tanto tiempo observándote y de pronto, sin decir nada, deja una nota en tu mesa. Eso parecía más de la mafia que de un científico que quiere socializar con alguien.
- Muchas gracias señorita, debería usted tomar una de esas tazas... Tanto trabajo y sola, debe ser difícil.
Le respondí, con una sonrisa, a la chica que había dejado una taza de café humeante encima de mi mesa. El aroma que desprendía era exquisito y la apariencia era excelente por lo que la primera fase del proceso de ingestión estaba satisfactoriamente cumplido. Teniendo mucho cuidado, levanté la taza y la acerqué lentamente hacia mi boca y di un pequeño sorbo y la regresé a su lugar. El café no estaba nada mal, era un toque que me había alegrado ese soleado día en la ciudad de Seattle.
La misteriosa mujer no me había dado ninguna respuesta al mensaje que había leído después de muchas dudas, esto me bajó un poco el ánimo pero no le presté mucha atención ya que no tenía muchas esperanzas en recibir respuesta alguna, estaba totalmente preparado para la ignorancia hasta que la camarera trajo su pescado que, a mi distancia, desprendía un olor muy agradable que me distrajo por un momento hasta que el sonido de la voz de la misteriosa mujer hizo que enfocara mi atención en ella. "ahora lo averiguaré" Lo único que pude hacer fue esbozar un pequeña sonrisa que se desvaneció cuando ella escupió el trago de café justo en mi mesa y en mi ropa.
¡Ah! el café, y ahora mi cuerpo, estaban ardiendo y mi rostro fue invadido por una expresión de dolor que hizo instantáneamente que retrocediera un poco en mi silla para evitar que más café se derramara sobre mí. Escuché sus disculpas y vi la pequeña sonrisa que tenía en el rostro... Era una chica muy extraña, estaba curiosamente tranquila y no parecía tener ningún afán por parecer que le importara lo que había hecho, luego se levantó, se acercó y mágicamente el café de mi ropa y de la mesa cobraron vida y comenzaron a volver a la taza que ella tenía.
¡Increíble! ¿Qué era eso que estaba haciendo? ¿Cómo lo estaba haciendo? Yo aún no le daba crédito a mis ojos y estaba seguro que me estaban mintiendo... ¿Magnetismo? ¿Manipulación de materia? ¿Magia? aunque no creía en esta última opción, no la podía sacar de la lista porque era tan improbable como lo que estaba viendo en ese mismo instante.
Pero... ¿Quién era yo para juzgar lo que estaba pasando? Lo que estaba pasando tenía que tener alguna explicación y yo lo sabía mejor que nadie, todo lo que sucede tiene una por más extraña que sea. Después de todo, yo compartía cuerpo con un gigante verde y de mal carácter que lo destruía todo cada vez que algo ocurría. Sin embargo, ella sonreía y aparentemente estaba muy orgullosa de lo que había hecho, por lo menos hasta que giró la cabeza y notó que las otras personas la miraban con los rostros plagados por la extrañeza.
Sí... Muy útil...
No sabía qué hacer o decir, ya que cada vez que presenciaba algo tan extraño estaba transformado en Hulk o detrás de un vidrio en la Torre Stark así que esto me había agarrado completamente por sorpresa pero rápidamente me sobrepuse y con temor de sobre pasarme con ella, lleve mi mano hacia su rostro, le desvié la mirada del resto de las personas.
Claro que es muy útil y me gustaría mucho saber cómo lo haces. Mucho gusto, Bruce Banner
- Muchas gracias señorita, debería usted tomar una de esas tazas... Tanto trabajo y sola, debe ser difícil.
Le respondí, con una sonrisa, a la chica que había dejado una taza de café humeante encima de mi mesa. El aroma que desprendía era exquisito y la apariencia era excelente por lo que la primera fase del proceso de ingestión estaba satisfactoriamente cumplido. Teniendo mucho cuidado, levanté la taza y la acerqué lentamente hacia mi boca y di un pequeño sorbo y la regresé a su lugar. El café no estaba nada mal, era un toque que me había alegrado ese soleado día en la ciudad de Seattle.
La misteriosa mujer no me había dado ninguna respuesta al mensaje que había leído después de muchas dudas, esto me bajó un poco el ánimo pero no le presté mucha atención ya que no tenía muchas esperanzas en recibir respuesta alguna, estaba totalmente preparado para la ignorancia hasta que la camarera trajo su pescado que, a mi distancia, desprendía un olor muy agradable que me distrajo por un momento hasta que el sonido de la voz de la misteriosa mujer hizo que enfocara mi atención en ella. "ahora lo averiguaré" Lo único que pude hacer fue esbozar un pequeña sonrisa que se desvaneció cuando ella escupió el trago de café justo en mi mesa y en mi ropa.
¡Ah! el café, y ahora mi cuerpo, estaban ardiendo y mi rostro fue invadido por una expresión de dolor que hizo instantáneamente que retrocediera un poco en mi silla para evitar que más café se derramara sobre mí. Escuché sus disculpas y vi la pequeña sonrisa que tenía en el rostro... Era una chica muy extraña, estaba curiosamente tranquila y no parecía tener ningún afán por parecer que le importara lo que había hecho, luego se levantó, se acercó y mágicamente el café de mi ropa y de la mesa cobraron vida y comenzaron a volver a la taza que ella tenía.
¡Increíble! ¿Qué era eso que estaba haciendo? ¿Cómo lo estaba haciendo? Yo aún no le daba crédito a mis ojos y estaba seguro que me estaban mintiendo... ¿Magnetismo? ¿Manipulación de materia? ¿Magia? aunque no creía en esta última opción, no la podía sacar de la lista porque era tan improbable como lo que estaba viendo en ese mismo instante.
Pero... ¿Quién era yo para juzgar lo que estaba pasando? Lo que estaba pasando tenía que tener alguna explicación y yo lo sabía mejor que nadie, todo lo que sucede tiene una por más extraña que sea. Después de todo, yo compartía cuerpo con un gigante verde y de mal carácter que lo destruía todo cada vez que algo ocurría. Sin embargo, ella sonreía y aparentemente estaba muy orgullosa de lo que había hecho, por lo menos hasta que giró la cabeza y notó que las otras personas la miraban con los rostros plagados por la extrañeza.
Sí... Muy útil...
No sabía qué hacer o decir, ya que cada vez que presenciaba algo tan extraño estaba transformado en Hulk o detrás de un vidrio en la Torre Stark así que esto me había agarrado completamente por sorpresa pero rápidamente me sobrepuse y con temor de sobre pasarme con ella, lleve mi mano hacia su rostro, le desvié la mirada del resto de las personas.
Claro que es muy útil y me gustaría mucho saber cómo lo haces. Mucho gusto, Bruce Banner
Última edición por Bruce Banner el Dom Jul 01, 2012 2:30 pm, editado 1 vez
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Re: Trabajando como siempre [Libre]
En el momento que había depositado la tasa de café en la mesa de aquel hombre, me hablo y aunque no tuviera mucho tiempo para charlas le respondí.
— Si tuviera tiempo para tomar café, ya me lo hubiera tomado todo y no quedaría nada. —
Dije con un tono divertido. A veces me volvía un poco adicta a la cafeína y me pasaba bebiendo café, mas por las noches cuando practicaba alguno que otro hechizo.
Luego de entregar todo estaba atendiendo a otros clientes cuando todo el mundo miro a la chica que había pedido el café con el pescado frito. Desvíe mi atención hacia ella y vi lo que hacia y porque todos la miraban.
Hubo un silencio completo en toda la cafetería exceptuando la música por unos segundos y mi asombro no se quedaba atrás. No sé como lo verían los demás, pero yo sabia que eso no era un truco de magia de los que aparecían en la TV. Esto era de verdad. Aun así no entendía porque la mujer lo había hecho enfrente de tanta gente, como si fuera lo mas común del mundo y me di cuenta que a menos que se me ocurriera algo las personas curiosas comenzarían a hacerle preguntas y no creo que le gustara ser el fenómeno de la ciudad.
Comencé a aplaudir con una sonrisa de esas de orgullo, aunque fuera falsa, parecía muy real y me acerque a la mujer que se encontraba con aquel hombre que poco a poco me hacia tener una rara curiosidad por él. Parecía muy pensativo y lo había visto anotar un par de cosas en una libreta que traía consigo.
A demás de haberlo visto mirando mucho a esa chica, capaz era un acosador. Pero no tenía tiempo para pensar en esas cosas y seguí con mi pequeño papel recién inventado.
— Un aplaudo a mi querida amiga que vino desde lejos. Esta estudiando trucos de ilusión y acaban de ver uno de sus mejores trucos. Pronto comenzara a hacer funciones por si a alguien le interesa. —
Dije en un tono alto y con una voz dulce para que todos me escucharan.
Al principio la gente siguió viendo todo esto extrañamente, pero luego algunos comenzaron a aplaudir con cara de extrañeza hasta que se olvidaron del tema y siguieron con sus asuntos personales no creo que tuvieran otra explicación para eso.
Me apure a entregar las ordenes de los clientes para que pusieran su atención en lo que me habían pedido y lo mas ponto que pude me desocupe.
Necesitaba hablar con aquella mujer, pero ahora no podía, ya que estaba trabajando y no había nadie para ayudarme. Nunca había visto a alguien que pudiera hacer esas cosas. Los libros siempre habían sido mi secreto y no se me ocurrió averiguar si más gente supiera de estas cosas. Siempre había sido una chica solitaria.
Tome mi libreta y anote en ella para luego dársela cuando pase cerca de su mesa. Se la di distraídamente y seguí con mi trabajo.
En la nota que le había dejado, estaba la dirección de mi departamento y mi número. Esperaba que quisiera contactarme.
— Si tuviera tiempo para tomar café, ya me lo hubiera tomado todo y no quedaría nada. —
Dije con un tono divertido. A veces me volvía un poco adicta a la cafeína y me pasaba bebiendo café, mas por las noches cuando practicaba alguno que otro hechizo.
Luego de entregar todo estaba atendiendo a otros clientes cuando todo el mundo miro a la chica que había pedido el café con el pescado frito. Desvíe mi atención hacia ella y vi lo que hacia y porque todos la miraban.
Hubo un silencio completo en toda la cafetería exceptuando la música por unos segundos y mi asombro no se quedaba atrás. No sé como lo verían los demás, pero yo sabia que eso no era un truco de magia de los que aparecían en la TV. Esto era de verdad. Aun así no entendía porque la mujer lo había hecho enfrente de tanta gente, como si fuera lo mas común del mundo y me di cuenta que a menos que se me ocurriera algo las personas curiosas comenzarían a hacerle preguntas y no creo que le gustara ser el fenómeno de la ciudad.
Comencé a aplaudir con una sonrisa de esas de orgullo, aunque fuera falsa, parecía muy real y me acerque a la mujer que se encontraba con aquel hombre que poco a poco me hacia tener una rara curiosidad por él. Parecía muy pensativo y lo había visto anotar un par de cosas en una libreta que traía consigo.
A demás de haberlo visto mirando mucho a esa chica, capaz era un acosador. Pero no tenía tiempo para pensar en esas cosas y seguí con mi pequeño papel recién inventado.
— Un aplaudo a mi querida amiga que vino desde lejos. Esta estudiando trucos de ilusión y acaban de ver uno de sus mejores trucos. Pronto comenzara a hacer funciones por si a alguien le interesa. —
Dije en un tono alto y con una voz dulce para que todos me escucharan.
Al principio la gente siguió viendo todo esto extrañamente, pero luego algunos comenzaron a aplaudir con cara de extrañeza hasta que se olvidaron del tema y siguieron con sus asuntos personales no creo que tuvieran otra explicación para eso.
Me apure a entregar las ordenes de los clientes para que pusieran su atención en lo que me habían pedido y lo mas ponto que pude me desocupe.
Necesitaba hablar con aquella mujer, pero ahora no podía, ya que estaba trabajando y no había nadie para ayudarme. Nunca había visto a alguien que pudiera hacer esas cosas. Los libros siempre habían sido mi secreto y no se me ocurrió averiguar si más gente supiera de estas cosas. Siempre había sido una chica solitaria.
Tome mi libreta y anote en ella para luego dársela cuando pase cerca de su mesa. Se la di distraídamente y seguí con mi trabajo.
En la nota que le había dejado, estaba la dirección de mi departamento y mi número. Esperaba que quisiera contactarme.
Lexie A. Brooks- █ Mensajes : 9
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Re: Trabajando como siempre [Libre]
¿Que pasa?, ¿nunca habían visto algo así? Pregunte cuando todas esas miradas no se alejaban de mí, el hombre se acercó y desvió mi rostro de los “espectadores”. Lo mire extrañada e incluso un tanto asustada, ¿había echo algo mal? Él se presento y pareció interesado en como hacía ese manejo del agua. No entiendo, ¿hice algo equivocado? Murmure para que solo él escuchara, pero antes de que él respondiera la chica que anteriormente había llevado la comida hasta nuestras mesas, comenzó a hablar. “Un aplauso a mi querida amiga que vino desde lejos. Esta estudiando trucos de ilusión y acaban de ver uno de sus mejores trucos. Pronto comenzara a hacer funciones por si a alguien le interesa” Pero eso no es… una ilusión. Declaré aun mas extrañada, ahora si, ya no tenía nada claro. No era ninguna ilusión.
¿Qué no es común? Le pregunte a Bruce. Sé que los maestros aire están casi extintos y sería extraño que alguien lo manejara, pero los maestros agua abundan, ¿aquí no conocen eso? Hice caso omiso a los aplausos y miradas curiosas, dedicándome a hablar en voz baja, solo para él. Tome asiento nuevamente fijándome por segunda vez que ahora la chica dejaba un pedazo de papel sobre la mesa, lo tome y se lo mostré a mi nuevo conocido por solo unos segundos para después guárdalo en mi bolsillo. Parece que hoy es el día de las notas. Comente. Volví a mirar a todas las personas disimuladamente, ahora podía pensar que era esa la razón por la cual no querían dejarme salir de la fortaleza, lo comprendí perfectamente al ver algunos rostros con tintes de horror e incertidumbre. Pensé que era común hacer estas cosas en público y ahora me ven como si fuera monstruosa.
Con ese pequeño altercado, hasta el hambre había desaparecido… ¿Y tu… porque no reaccionaste igual? Indague con curiosidad.
Había olvidado poner el traje que trae puesto:
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#00BFFF[/quote]
¿Qué no es común? Le pregunte a Bruce. Sé que los maestros aire están casi extintos y sería extraño que alguien lo manejara, pero los maestros agua abundan, ¿aquí no conocen eso? Hice caso omiso a los aplausos y miradas curiosas, dedicándome a hablar en voz baja, solo para él. Tome asiento nuevamente fijándome por segunda vez que ahora la chica dejaba un pedazo de papel sobre la mesa, lo tome y se lo mostré a mi nuevo conocido por solo unos segundos para después guárdalo en mi bolsillo. Parece que hoy es el día de las notas. Comente. Volví a mirar a todas las personas disimuladamente, ahora podía pensar que era esa la razón por la cual no querían dejarme salir de la fortaleza, lo comprendí perfectamente al ver algunos rostros con tintes de horror e incertidumbre. Pensé que era común hacer estas cosas en público y ahora me ven como si fuera monstruosa.
Con ese pequeño altercado, hasta el hambre había desaparecido… ¿Y tu… porque no reaccionaste igual? Indague con curiosidad.
Había olvidado poner el traje que trae puesto:
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Korra- █ Mensajes : 21
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Re: Trabajando como siempre [Libre]
El orgullo de la chica había pasado a un claro desconcierto ante la reacción de las personas que se encontraban en esa cafetería, ella no entendía la reacción de las otras personas y murmurando preguntó si había hecho algo malo... No sabía que decirle, no sabía qué había hecho y estaba tan incrédulo como los otros clientes pero yo ya había sido testigo de cosas increíbles, yo mismo era algo increíble, eso me mantenía relativamente calmado y me daba una pauta para hacerme cargo de situaciones de este tipo. Antes de poder responder su pregunta, la camarera intervino para disolver las miradas inquisidoras que comenzaban a caer sobre la "ilusionista" y aunque no estaba de acuerdo con el calificativo que recibía, sus réplicas fueron ahogadas por los aplausos de los asistentes.
De nuevo se dirigió únicamente a mí, parecía no entender absolutamente nada de lo que había ocurrido, era casi como si lo que había hecho con el café derramado fuera cosa de todos los días, como si controlar los fluidos de esa manera fuera... normal, luego comenzó a hablar sobre unos maestros aire y maestros agua, como si los elementos se pudieran controlar. ¿Era eso posible? ¿Existían personas con el poder de controlar esos dos elementos? En ese momento solo surgían preguntas y no había obtenido ninguna respuesta, era realmente impresionante y me causaba cierta sensación de frustración.
La verdad es que nunca he escuchado acerca de esos maestros que mencionas.
Luego volvió a su asiento e instantáneamente la camarera, que antes había disuelto a la multitud, y dejó algo sobre su mesa, acto seguido la chica levanto y me mostró un pequeño papel que tenía la dirección de la camarera y su número de teléfono. Me pareció muy extraño, especialmente por lo rápido que había actuado, lo que me dio pie a pensar que tal vez ella sabía algo que yo ignoraba. Era oficial, esas dos chicas se habían ganado toda mi atención y mis investigaciones habían pasado a un segundo plano ya que ¿Cuando se tiene la oportunidad de conocer personas que manejen los fluidos?
Observé de nuevo a quien le había dejado esa última nota y seguía en su interminable trabajo, el descanso no parecía una opción para ella. Escuché que la "ilusionista" hacía una última pregunta pero antes de responder di un nuevo sorbo a ese exquisito café con el fin de bajar un poco la intensidad del momento y dar una pausa, luego me levanté y me senté en la mesa que ocupaba la chica que recibía todas las miradas.
Espero que no te moleste pero así podremos hablar con más privacidad y sin que te observen tanto, claro si no te molesta.
Antes de responder le lancé otra mirada curiosa a la incesante chica que iba y venía con órdenes y pedidos, sin importar si ella dio cuenta o no de ello, luego miré a los ojos a mi interlocutora y le dije:
A diferencia de la mayoría de las personas, he visto cosas casi tan impresionantes como la que acabas de hacer, además sé muy bien cómo controlar las emociones
Ahora todo lo relacionado a su físico había pasado a un segundo plano, desde su extraña vestimenta hasta esos hermosos ojos azules, ya nada de eso me importaba, mi cerebro estaba únicamente enfocado en el evento del café, en esa imagen que aún no había abandonado mi cabeza. Tenía que saber cómo lo había hecho así que la miré fijamente a los ojos y con la tranquilidad que me caracterizaba, esbocé una pequeña sonrisa y le pregunté:
Ya que no me has dado tu nombre, puedo al menos preguntar ¿Qué has hecho y cómo?
De nuevo se dirigió únicamente a mí, parecía no entender absolutamente nada de lo que había ocurrido, era casi como si lo que había hecho con el café derramado fuera cosa de todos los días, como si controlar los fluidos de esa manera fuera... normal, luego comenzó a hablar sobre unos maestros aire y maestros agua, como si los elementos se pudieran controlar. ¿Era eso posible? ¿Existían personas con el poder de controlar esos dos elementos? En ese momento solo surgían preguntas y no había obtenido ninguna respuesta, era realmente impresionante y me causaba cierta sensación de frustración.
La verdad es que nunca he escuchado acerca de esos maestros que mencionas.
Luego volvió a su asiento e instantáneamente la camarera, que antes había disuelto a la multitud, y dejó algo sobre su mesa, acto seguido la chica levanto y me mostró un pequeño papel que tenía la dirección de la camarera y su número de teléfono. Me pareció muy extraño, especialmente por lo rápido que había actuado, lo que me dio pie a pensar que tal vez ella sabía algo que yo ignoraba. Era oficial, esas dos chicas se habían ganado toda mi atención y mis investigaciones habían pasado a un segundo plano ya que ¿Cuando se tiene la oportunidad de conocer personas que manejen los fluidos?
Observé de nuevo a quien le había dejado esa última nota y seguía en su interminable trabajo, el descanso no parecía una opción para ella. Escuché que la "ilusionista" hacía una última pregunta pero antes de responder di un nuevo sorbo a ese exquisito café con el fin de bajar un poco la intensidad del momento y dar una pausa, luego me levanté y me senté en la mesa que ocupaba la chica que recibía todas las miradas.
Espero que no te moleste pero así podremos hablar con más privacidad y sin que te observen tanto, claro si no te molesta.
Antes de responder le lancé otra mirada curiosa a la incesante chica que iba y venía con órdenes y pedidos, sin importar si ella dio cuenta o no de ello, luego miré a los ojos a mi interlocutora y le dije:
A diferencia de la mayoría de las personas, he visto cosas casi tan impresionantes como la que acabas de hacer, además sé muy bien cómo controlar las emociones
Ahora todo lo relacionado a su físico había pasado a un segundo plano, desde su extraña vestimenta hasta esos hermosos ojos azules, ya nada de eso me importaba, mi cerebro estaba únicamente enfocado en el evento del café, en esa imagen que aún no había abandonado mi cabeza. Tenía que saber cómo lo había hecho así que la miré fijamente a los ojos y con la tranquilidad que me caracterizaba, esbocé una pequeña sonrisa y le pregunté:
Ya que no me has dado tu nombre, puedo al menos preguntar ¿Qué has hecho y cómo?
Bruce Banner- █ Mensajes : 162
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Re: Trabajando como siempre [Libre]
Me sentía observada por aquel hombre, pero seguía sin tiempo para prestar atención por si la chica se descontrolaba y hacia más de sus “trucos”. Sabía que no eran trucos, podía distinguir algo real de algo ficticio, aunque estas cosas fueran más bien de una película, pasaban y no sabía que encontraría alguien parecido a mí.
Seguí tomando órdenes, limpiando y entregando lo que pedían para comer o para tomar. El jefe al ver que estaba yo sola con tanto trabajo y que a Jerry se le acababan los alimentos e ingredientes, decidió poner un cartel de cerrado para que nadie más entrara. Fue un alivio para mí. Pensé que iba a caer rendida en cualquier momento.
De apoco se me hizo todo mas llevable al ver que no entraba mas gente y que algunas personas se iban yendo.
Seguía estando bastante llena la cafetería, pero de apoco se iría desocupando hasta que pudiera irme a casa.
El jefe se acerco a mi y me dijo que me daba 5 minutos para descansar y que el se encargaría mientras. Se lo agradecí y fui al baño a arreglarme y lavarme la cara.
Ya en el baño con la cara mojada, me mire en el espejo por unos segundos y luego me seque y me maquille un poco para quedar arreglada. Me arregle el pelo que se me había despeinado bastante y luego ya parecía yo de nuevo.
El fin de semana tenia pensado tomármelo libre. Quería descansar y no levantarme de la cama además de solo para prepararme algo de comer.
Me puse a pensar de nuevo en la chica. Era extraño ver a mas personas con esos “poderes” nunca me había puesto a pensar bien como llamar a las habilidades que iba aprendiendo.
Esos libros me habían enseñado muchas cosas, nunca me aprovechaba de esas cosas a menos que las necesitara y aunque muy bien las podría haber usado para cometer delitos sin ser descubierta y conseguir todo el dinero y las cosas que quería, sabía que eso estaba mal y que yo me tenia que ganar las cosas con esfuerzo.
Los cinco minutos pasaron demasiado rápido para mi pesar. Solté un suspiro y me dirigí a la puerta del baño para salir y seguir con mi agotador trabajo.
Seguí tomando órdenes, limpiando y entregando lo que pedían para comer o para tomar. El jefe al ver que estaba yo sola con tanto trabajo y que a Jerry se le acababan los alimentos e ingredientes, decidió poner un cartel de cerrado para que nadie más entrara. Fue un alivio para mí. Pensé que iba a caer rendida en cualquier momento.
De apoco se me hizo todo mas llevable al ver que no entraba mas gente y que algunas personas se iban yendo.
Seguía estando bastante llena la cafetería, pero de apoco se iría desocupando hasta que pudiera irme a casa.
El jefe se acerco a mi y me dijo que me daba 5 minutos para descansar y que el se encargaría mientras. Se lo agradecí y fui al baño a arreglarme y lavarme la cara.
Ya en el baño con la cara mojada, me mire en el espejo por unos segundos y luego me seque y me maquille un poco para quedar arreglada. Me arregle el pelo que se me había despeinado bastante y luego ya parecía yo de nuevo.
El fin de semana tenia pensado tomármelo libre. Quería descansar y no levantarme de la cama además de solo para prepararme algo de comer.
Me puse a pensar de nuevo en la chica. Era extraño ver a mas personas con esos “poderes” nunca me había puesto a pensar bien como llamar a las habilidades que iba aprendiendo.
Esos libros me habían enseñado muchas cosas, nunca me aprovechaba de esas cosas a menos que las necesitara y aunque muy bien las podría haber usado para cometer delitos sin ser descubierta y conseguir todo el dinero y las cosas que quería, sabía que eso estaba mal y que yo me tenia que ganar las cosas con esfuerzo.
Los cinco minutos pasaron demasiado rápido para mi pesar. Solté un suspiro y me dirigí a la puerta del baño para salir y seguir con mi agotador trabajo.
Lexie A. Brooks- █ Mensajes : 9
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