contemplándolo desde la torre del reloj (libre)

Se encontraba allí, sentado en la barandilla del Big Ben, contemplando la nada y los tejados de las construcciones inglesas que se erigían, cuales garras de bestia rasgando las nubes que pasaban a su alrededor, creando así un espectáculo que le maravillaba. La luna brillaba en todo su esplendor aquella noche, se encontraba completamente llena, símil a un ojo plateado el cual observaba artero a los transeúntes nocturnos que paseaban por las calles de la cuidad. Aburrido de estar allí sentado, y cansado del aire puro que corría por allí, Gilbert dio un salto en el aire y comenzó a bajar corriendo por la torre del reloj, como si sus zapatos tuvieran alguna especie de goma que le impidiera caerse de la pared de la torre, el demonio corrió a gran velocidad hasta estar a una altura de unos 2 m, para luego dar un salto en el aire y caer elegantemente en el suelo, con sus brazos extendidos para no perder el equilibrio, fijándose previamente de que nadie lo viera caer de tal altura. Una vez en el suelo, comenzó a caminar tranquilamente, en dirección al puente, que se encontraba cercano a la torre.

Con una expresión seria en su rostro, eran alrededor de las doce de la noche más o menos, o eso marcaba en reloj. Procedió con su caminata hasta abandonar el puente y llegar a un barrio, con intrincados callejones oscuros, de entre los cuales procedía una risa, como jamás la había oído antes. Movido por la curiosidad, comenzó a caminar entre los callejones, escuchando aquella risa, vagando, paredes y mas paredes, hasta que llego a un callejón sin salida y al ver esto, lo único que se le ocurrió fue dar un salto en el aire y trepar aquel muro, corriendo rápidamente. Estando ya en la sima, se percato de que había llegado a los tejados y al ver la luna brillar y sentir como los rayos de luz de la misma bañaban su rostro y ropajes se quedo embelezado, mirando la misma, con sus orbes de color azul.