REPLAY IT! | ELITES&STATS | LINKS ÚTILES |
Bienvenido a REPLAY. Este es un foro de rol interpretativo de ambientación sobre natural. Aquí las historias de tus fandoms favoritos coexisten entre sí sin saberlo, o quizás sí, y es entonces cuando todos esos mundos se combinan.
¿Sabías que...?
ENLACES ÚTILES
Últimos temas
This time is ramen » Romanoff.
2 participantes
Página 1 de 1.
This time is ramen » Romanoff.
China town - Nueva York.
— ¿A dónde iremos primero, Tony?
La puerta de la limusina se había cerrado tras él minutos antes de que Hogan subiera al asiento del piloto, ajustándose al volante y haciendo la típica pregunta cotidiana. Stark bostezó, había tenido una noche bastante pesada y aún no desaparecía la cruda de la cual era víctima.
Su alma fiestera jamás cesaría muy a pesar de tener deberes tanto industriales como 'héroicos'. Él no era como cualquier otro héroe, de hecho, no se consideraba como tal; la definición perfecta que iría inscrita en su auto-biografía sería: Arma. Pero ojo, no consideraba a su traje como el arma en particular, sino a él mismo. Él era Ironman y es por ello que podía jactarse de hacer lo que le viniera en gana, por que cabe añadir, también era Tony Stark, y eso (sobre todo) le daba un plus a su egolatría innata, desvergüenza, rebeldía e indomabilidad. Ni las reuniones que tenía señaladas para el día de hoy, ni mucho menos sus deberes para con los Vengadores le detuvieron en su labor de celebrar una fiesta la noche anterior.
¿Y ahora?
Tenía jaqueca, nauseas, sueño, de todo. Jugaba con su propia creación, una tablet electrónica del tamaño de un teléfono inteligente pero mucho más ligero y funcional.
— No lo sé, Pepper. ¿A dónde iremos hoy? —inquirió sin levantar la vista de su aparato. Por el retrovisor, Happy Hogan, su chófer, alzó una ceja— La señorita Potts no está aquí —eso hizo que Tony alzara la vista hacia el frente y segundo después hacia su izquierda. Cierto, Pepper no estaba o se había convertido en la mujer invisible, porque el asiento estaba vacío. Enarcó una ceja— ¿Y por qué no está aquí? —miró a Hogan— No tengo idea —añadió el chófer— Perfecto, yo tampoco. —añadió. Ambos se quedaron en silencio durante algunos segundos.
Tony volvió a bostezar— Ramen.
— ¿Perdón?
— Ramen, allí iremos. Conduce tiro al blanco, me muero de hambre.
— ¿Ramen, Tony? Creí que debías ir a una reu-
— No te pago para que creas, Hogan. Ramen primero, reuniones después, tal vez mañana, o pasado. Tal vez nunca. Ahora, conduce.
Happy rió y condujo hasta Chinatown, Nueva York.
Al llegar al lugar, estaba infestado de compradores que miraban la limusina con una cara de extrañeza. Happy estacionó el auto y Tony bajó segundos antes de que el otro le abriese la puerta. Tenía prisa y no estaba manco, su ramen le esperaba. Tras no haber convencido al chófer de que podía entrar también, entró solo, dirigiéndose de inmediato hacia el lugar donde servían la comida. Se sentó en una de las sillas, con la mirada alta al estar viendo qué podría pedir del menú.
— Hey, oye, Garfiled. —llamó al cocinero que se encontraba de espaldas. Por su apariencia, se asemejaba bastante al gato anaranjado de la caricatura— ¿Udon, Soba, tallarines? Lo que tengas, pero que no sea Maruchan, me da indigestión.
La puerta de la limusina se había cerrado tras él minutos antes de que Hogan subiera al asiento del piloto, ajustándose al volante y haciendo la típica pregunta cotidiana. Stark bostezó, había tenido una noche bastante pesada y aún no desaparecía la cruda de la cual era víctima.
Su alma fiestera jamás cesaría muy a pesar de tener deberes tanto industriales como 'héroicos'. Él no era como cualquier otro héroe, de hecho, no se consideraba como tal; la definición perfecta que iría inscrita en su auto-biografía sería: Arma. Pero ojo, no consideraba a su traje como el arma en particular, sino a él mismo. Él era Ironman y es por ello que podía jactarse de hacer lo que le viniera en gana, por que cabe añadir, también era Tony Stark, y eso (sobre todo) le daba un plus a su egolatría innata, desvergüenza, rebeldía e indomabilidad. Ni las reuniones que tenía señaladas para el día de hoy, ni mucho menos sus deberes para con los Vengadores le detuvieron en su labor de celebrar una fiesta la noche anterior.
¿Y ahora?
Tenía jaqueca, nauseas, sueño, de todo. Jugaba con su propia creación, una tablet electrónica del tamaño de un teléfono inteligente pero mucho más ligero y funcional.
— No lo sé, Pepper. ¿A dónde iremos hoy? —inquirió sin levantar la vista de su aparato. Por el retrovisor, Happy Hogan, su chófer, alzó una ceja— La señorita Potts no está aquí —eso hizo que Tony alzara la vista hacia el frente y segundo después hacia su izquierda. Cierto, Pepper no estaba o se había convertido en la mujer invisible, porque el asiento estaba vacío. Enarcó una ceja— ¿Y por qué no está aquí? —miró a Hogan— No tengo idea —añadió el chófer— Perfecto, yo tampoco. —añadió. Ambos se quedaron en silencio durante algunos segundos.
Tony volvió a bostezar— Ramen.
— ¿Perdón?
— Ramen, allí iremos. Conduce tiro al blanco, me muero de hambre.
— ¿Ramen, Tony? Creí que debías ir a una reu-
— No te pago para que creas, Hogan. Ramen primero, reuniones después, tal vez mañana, o pasado. Tal vez nunca. Ahora, conduce.
Happy rió y condujo hasta Chinatown, Nueva York.
Al llegar al lugar, estaba infestado de compradores que miraban la limusina con una cara de extrañeza. Happy estacionó el auto y Tony bajó segundos antes de que el otro le abriese la puerta. Tenía prisa y no estaba manco, su ramen le esperaba. Tras no haber convencido al chófer de que podía entrar también, entró solo, dirigiéndose de inmediato hacia el lugar donde servían la comida. Se sentó en una de las sillas, con la mirada alta al estar viendo qué podría pedir del menú.
— Hey, oye, Garfiled. —llamó al cocinero que se encontraba de espaldas. Por su apariencia, se asemejaba bastante al gato anaranjado de la caricatura— ¿Udon, Soba, tallarines? Lo que tengas, pero que no sea Maruchan, me da indigestión.
Anthony E. Stark- The one and only, Ironman.
- █ Mensajes : 76
█ Puntos : 154
█ Cumpleaños : 03/03/1975
█ Edad : 49
█ Localización : Pregúntale a mi asistente.
█ Humor : Canalla, juerguista, guasón, despreocupado, sarcástico, mujeriego.
█ Sexo :
Re: This time is ramen » Romanoff.
-Agente Romanoff, el informe está más que completo. Me complace y mantiene tranquilo saber que Stark y Banner se han mantenido en calma. Espero no siga cuestionando el porque de mandarla de nuevo en cubierta como segunda asistente de Stark-
-Para nada director Fury. Todo en orden- De dientes para afuera es que mencionaba aquello, pues si algo era cierto es que aun tenía esa ligera espinita de histeria por el hecho de haber sido encomendada a una misión como la de hace unos meses atrás. Pese a que ahora la convivencia fuese un poco más a mena. -¿Es todo señor?- -Por el momento si, puede retirarse agente Romanoff. Disfrute de su día libre- Accediendo, y sin decir más nada, salió de la sala de operaciones proveniente de S.H.I.E.L.D.
Aquella mañana era lo que se consideraba su día de mandar el reporte semanal, sábado a decir verdad, eran los que estaban encomendados para dicha acción.
La semana no había sido del todo mala, pero tampoco demasiado amena, por decirlo así, habían días que ella misma en junto de Pepper, habían perdido la paciencia y preferido dejarles en sus locuras científicas a intervenir en estas antes de que hicieran estallar la torre Stark. Como ella les definía, un par de críos con juguetes nuevos en mera navidad.
Normalmente tomaría su día libre para descansar, o bien entrenar, era algo a lo que ya estaba acostumbrada, una vil rutina que a estas alturas del partido no se podía cambiar, sin embargo a veces no eran tan malo salir de la rutina, y por el rumbo que andaba, parecía que su tarde seria algo prominente.
El barrio Chino de NY siempre había llamado su atención, en un sentido de que en cierta forma te transportaba ala China misma, pues tal cual era como si estuvieses allí.
Había uno de los locales que se había vuelto su preferido, y a su pensar, no estaría mal ir allá y comer algo, simplemente con el fin de pasar el rato.
No obstante, conforme se acercaba, esperaba a su fuero interno que lo que estaba viendo no fuera realidad, que aquella limosina misma, de elegancia y extrema ego, no fuese de quien creía que era. Pero oh su suerte, efectivamente era de él. Tony Stark.
-Hey Happy-
Paso por el lado del conductor, donde dicho chofer de semejante multimillonario parecía aguardar dentro de la limosina, se limito a mirarle de momento, para perderse después en aquella vieja pero vanguardista puerta tipo cortina con colgandejees para atraer la suerte y demás cosas en creencias de los Chinos.
-¡Lee! Creo no es necesario que ordene, ¿o si? Sabes que quiero lo de siempre- Dueño del local, y cocinero mismo de este, era ya parte de la lista de conocidos de Natasha, como bien antes dicho, ese lugar y local en específico era visitado por ella cada que tenía su tiempo libre, en pocas palabras era una especie de cliente frecuente. Logró posicionarse en una de las sillas giratorias que estaban frente a la corta barra de órdenes rápidas, su usual lugar para comer. –Nat, aguárdame, atenderé primero al Señor Stark, es un honor que nos venga a visitar- Un suspiró largo salió de su boca, estaba acostumbrada a que en los lugares que iban, reacciones por parte de Stark fueran así, cosa que se podría decir, aumentaba más ese ego que estaba por tocar las nubes si no es que ya lo estaba. –Donde vayas, causas furor, Stark- Se giró por sobre la silla en la que estaba sentada, dejando alineado su cuerpo a manera frontal de donde yacía Tony ubicado, en las mesas para más de una persona en conjunto.
-Para nada director Fury. Todo en orden- De dientes para afuera es que mencionaba aquello, pues si algo era cierto es que aun tenía esa ligera espinita de histeria por el hecho de haber sido encomendada a una misión como la de hace unos meses atrás. Pese a que ahora la convivencia fuese un poco más a mena. -¿Es todo señor?- -Por el momento si, puede retirarse agente Romanoff. Disfrute de su día libre- Accediendo, y sin decir más nada, salió de la sala de operaciones proveniente de S.H.I.E.L.D.
Aquella mañana era lo que se consideraba su día de mandar el reporte semanal, sábado a decir verdad, eran los que estaban encomendados para dicha acción.
La semana no había sido del todo mala, pero tampoco demasiado amena, por decirlo así, habían días que ella misma en junto de Pepper, habían perdido la paciencia y preferido dejarles en sus locuras científicas a intervenir en estas antes de que hicieran estallar la torre Stark. Como ella les definía, un par de críos con juguetes nuevos en mera navidad.
Normalmente tomaría su día libre para descansar, o bien entrenar, era algo a lo que ya estaba acostumbrada, una vil rutina que a estas alturas del partido no se podía cambiar, sin embargo a veces no eran tan malo salir de la rutina, y por el rumbo que andaba, parecía que su tarde seria algo prominente.
El barrio Chino de NY siempre había llamado su atención, en un sentido de que en cierta forma te transportaba ala China misma, pues tal cual era como si estuvieses allí.
Había uno de los locales que se había vuelto su preferido, y a su pensar, no estaría mal ir allá y comer algo, simplemente con el fin de pasar el rato.
No obstante, conforme se acercaba, esperaba a su fuero interno que lo que estaba viendo no fuera realidad, que aquella limosina misma, de elegancia y extrema ego, no fuese de quien creía que era. Pero oh su suerte, efectivamente era de él. Tony Stark.
-Hey Happy-
Paso por el lado del conductor, donde dicho chofer de semejante multimillonario parecía aguardar dentro de la limosina, se limito a mirarle de momento, para perderse después en aquella vieja pero vanguardista puerta tipo cortina con colgandejees para atraer la suerte y demás cosas en creencias de los Chinos.
-¡Lee! Creo no es necesario que ordene, ¿o si? Sabes que quiero lo de siempre- Dueño del local, y cocinero mismo de este, era ya parte de la lista de conocidos de Natasha, como bien antes dicho, ese lugar y local en específico era visitado por ella cada que tenía su tiempo libre, en pocas palabras era una especie de cliente frecuente. Logró posicionarse en una de las sillas giratorias que estaban frente a la corta barra de órdenes rápidas, su usual lugar para comer. –Nat, aguárdame, atenderé primero al Señor Stark, es un honor que nos venga a visitar- Un suspiró largo salió de su boca, estaba acostumbrada a que en los lugares que iban, reacciones por parte de Stark fueran así, cosa que se podría decir, aumentaba más ese ego que estaba por tocar las nubes si no es que ya lo estaba. –Donde vayas, causas furor, Stark- Se giró por sobre la silla en la que estaba sentada, dejando alineado su cuerpo a manera frontal de donde yacía Tony ubicado, en las mesas para más de una persona en conjunto.
Natasha A. Romanoff- █ Mensajes : 133
█ Puntos : 79
█ Localización : Donde menos lo pienses.
█ Humor : Conóceme.
█ Sexo :
Re: This time is ramen » Romanoff.
— ¿Es usted el señor Stark? —una inesperada voz se hizo presente a su lado derecho en cuanto su mirada se desvió del tablero-menú para posicionarse sobre el mismo aparato que minutos antes estaba manejando con una maestría impresionante. Dentro de éste aparecían y desaparecían gráficos azulescos que representaban a la perfección la anatomía de la armadura en la que estaba trabajando. Bien conocido por ser un genio e innovar como ningún otro, Tony no se quedaba quieto en el arte de actualizar sus propios diseños, entre éstos, por supuesto, su mayor creación: Ironman. Pero ese detalle ahora no nos importa, no, porque fuera de cualquier futuro misil que hubiese decidido implantar en su armadura, se encontraba el hecho de que al menos por ahora, la pregunta escuchada requería más de su atención que cualquier otra cosa.— Tal vez, eso depende, porque si eres periodista y sólo buscas una exclusiva entonces no, no lo soy. —cortó tajante.— Ahora que si eres soltera y tienes la tarde libre ¿Qué tal? mucho gusto. —coqueteó con su usual guasonería— "señor" me hace sentir viejo y aquí entre nos, todavía falta mucho para eso —le extendió la mano a la hermosa rubia que había hecho acto de presencia ante sí. Ésta misma rió y negó inmediatamente.—, como treinta años de hecho.
— Me preguntaba si podía firmar un autógrafo, es para mi hijo, usted es su ídolo. —Tony alzó las cejas levemente y decidió que por cortesía, debía dejar su tablet en el olvido por dos segundos y centrarse en su, al parecer, adorada admiradora.— Lo felicito por su buen gusto —al final, Tony terminó firmando el autógrafo para el chico y la mujer desapareció de inmediato. Una pena, considerando que tenía resaca y ella era madre soltera, aunque eso era lo de menos. Desde que aquél grupo de super héroes estrella se dio a conocer como un equipo, no paraban de llover las distinciones entre todos los integrantes, incluyendo en los niños. Muchos adoraban a Ironman, otros tantos clásicos al Capitán -estrellas afeminadas- América, Mr. Aplastador y demás; era bueno saber que seguía siendo el más aclamado incluso entre la audiencia más pequeña. Dolor, maldito dolor, la cabeza podía matarlo en cualquier momento, lo cual no sería conveniente y nada agradable para aquellos que le rodeaban. Necesitaba su sopa caliente ya, de lo contrario, iría por una hamburguesa o una de esas comidas grasosas que su doctor le había prohibido estrictamente. Pizza sólo para ocasiones especiales, por supuesto, pero vaya que lo pensó.
Volvió a centrar su atención en la ya olvidada tablet, sin embargo otra voz, un tanto más familiar, llamó por completo su atención. De inmediato llevó su vista hacia el frente para enfocar a cierta pelirroja que le veía con una expresión tan desaprobatoria, que dolía.— Si sigues mirándome así voy a creer que buscas sexo o quieres asesinarme por haber coincido contigo. —habló sin pelos en la lengua, como siempre. No obstante no soltó su aparato. Se giró hacia atrás, donde la enorme ventana daba hacía el exterior. Ahí estaba Hogan, sudando como cerdo pero sin querer soltar el volante; de verdad que no lo entendía.— Sí, bueno, es normal, si fuera ellos también enloquecería. —contestó con toda la sinceridad y egolatría características de su personalidad; incluso descarada, porque le importaba un reberendo pepino que lo tacharan de megalómano.—Déjame adivinar, ¿también quieres un autógrafo? Porque puedo dártelo, sin problema —regresó la vista a su tablet, usando el lápiz digital para acomodar las partes de Ironman a su antojo— pero si vienes a hablarme de trabajo, entonces hazme un favor, dile a Fury que estoy jubilado y no soy el tipo de héroe que busca. —aún no sabía de los planes que éste tenía en mente ¿Y honestamente? No quería saberlos.
— Me preguntaba si podía firmar un autógrafo, es para mi hijo, usted es su ídolo. —Tony alzó las cejas levemente y decidió que por cortesía, debía dejar su tablet en el olvido por dos segundos y centrarse en su, al parecer, adorada admiradora.— Lo felicito por su buen gusto —al final, Tony terminó firmando el autógrafo para el chico y la mujer desapareció de inmediato. Una pena, considerando que tenía resaca y ella era madre soltera, aunque eso era lo de menos. Desde que aquél grupo de super héroes estrella se dio a conocer como un equipo, no paraban de llover las distinciones entre todos los integrantes, incluyendo en los niños. Muchos adoraban a Ironman, otros tantos clásicos al Capitán -estrellas afeminadas- América, Mr. Aplastador y demás; era bueno saber que seguía siendo el más aclamado incluso entre la audiencia más pequeña. Dolor, maldito dolor, la cabeza podía matarlo en cualquier momento, lo cual no sería conveniente y nada agradable para aquellos que le rodeaban. Necesitaba su sopa caliente ya, de lo contrario, iría por una hamburguesa o una de esas comidas grasosas que su doctor le había prohibido estrictamente. Pizza sólo para ocasiones especiales, por supuesto, pero vaya que lo pensó.
Volvió a centrar su atención en la ya olvidada tablet, sin embargo otra voz, un tanto más familiar, llamó por completo su atención. De inmediato llevó su vista hacia el frente para enfocar a cierta pelirroja que le veía con una expresión tan desaprobatoria, que dolía.— Si sigues mirándome así voy a creer que buscas sexo o quieres asesinarme por haber coincido contigo. —habló sin pelos en la lengua, como siempre. No obstante no soltó su aparato. Se giró hacia atrás, donde la enorme ventana daba hacía el exterior. Ahí estaba Hogan, sudando como cerdo pero sin querer soltar el volante; de verdad que no lo entendía.— Sí, bueno, es normal, si fuera ellos también enloquecería. —contestó con toda la sinceridad y egolatría características de su personalidad; incluso descarada, porque le importaba un reberendo pepino que lo tacharan de megalómano.—Déjame adivinar, ¿también quieres un autógrafo? Porque puedo dártelo, sin problema —regresó la vista a su tablet, usando el lápiz digital para acomodar las partes de Ironman a su antojo— pero si vienes a hablarme de trabajo, entonces hazme un favor, dile a Fury que estoy jubilado y no soy el tipo de héroe que busca. —aún no sabía de los planes que éste tenía en mente ¿Y honestamente? No quería saberlos.
Anthony E. Stark- The one and only, Ironman.
- █ Mensajes : 76
█ Puntos : 154
█ Cumpleaños : 03/03/1975
█ Edad : 49
█ Localización : Pregúntale a mi asistente.
█ Humor : Canalla, juerguista, guasón, despreocupado, sarcástico, mujeriego.
█ Sexo :
Re: This time is ramen » Romanoff.
La escena de hace unos segundos había sido algo ‘enternecedor’ por así decirlo, con la excepción del toque en plan, si mal no conociera a Tony de llevarse a la dama a una noche con él. Por otro lado, en el sentido al cual le había prestado atención, le cuestión por la que se había acercado, pidiendo un autógrafo para su hijo. Aquello atrajo a su mente un par de imágenes de hace unos meses atrás. Tras haber finalizado aquella cruel y despiadada batalla entre Loki y el ejército que había mandado hacia la tierra, los habitantes de la ciudad como del resto del mundo, día a día se encargaban de demostrar su gratitud. No obstante había aquellos que estaban en contra y los que prácticamente les venía dando igual. Natasha no era de las típicas que se sentía halagada o algo parecido, por lo consiguiente no mostraba ni una pizca de emoción alguna, pese a que era una de las aclamadas y seguidas, más por la población femenina, así mismo donde se incluye a las niñas pequeñas. Muchas en algunas ocasiones se les acercaban a contarles o cuestionar como es que ella había aprendido esa manera de desenvolverse durante una pelea, a lo cual siempre contestaba que los entrenamientos y deportes ayudaban mucho. Jamás se consideraría un modelo a seguir, no cuando su pasado era un tanto lúgubre; pero si algo podía disfrazar y hacer parecer que era todo lo bueno, al contrario de una asesina experta, se lo dejaría de enseñanza a las pequeñas seguidoras.
-Me inclino más por la segunda opción que es la más obvia- No había nada mejor que esa ligera hostilidad y choques que se causaban cada que estos dos se encontraban, por no mencionar que en la Torre Stark, era como estar reviviendo la segunda guerra mundial, no por el hecho de que pelearan seguidamente, eso no sucedía, más por Natasha, podía ser la persona más pacífica y paciente, o más bien, sabía como actuar ante ello, siempre había sido una experta, eso no se ponía en duda, pero por otro lado, las cortas y concisas frases que se intercambiaban eran casi del hecho a escupirse lo peor, entre sarcasmos e ironía, los cuales eran más a costumbre de Tony que de parte de ella. –No lo dudo. No te emparejas contigo mismo, porque es prácticamente imposible, que si lo fuera. Bueno, seria lo que pienso- Cruzó su pierna derecha por encima de la izquierda, acomodándose en aquella silla pegada hacia la barra de orden rápida, donde para su buena suerte, Lee le había dejado la bebida o más bien té helado que usualmente solía pedir a cada visita. Hizo por tomarlo y beber un poco de este desde el borde del pitillo. –Oh no, declino el querer un autógrafo tuyo. Obtengo lo suficiente ya viviendo casi bajo el mismo techo contigo. Oh si, tomo tus cosas y las vendo por EBay- El ligero toque de ironía se hace presente en su voz pasiva y tenue. Con porte y elegancia, se giro sobre la silla nuevamente, para quedar al frente de la barra. El segundo chef al cual no conocía demasiado pero sabía de sobre manera lo que ella ordenaba, sacó su orden en cuestión de minutos sirviéndosela sobre la barra en la cual aguardaba de manera jovial. –Esta visto que para ti el trabajo no es tu mejor dote. Despreocúpate, no vengo a hablarte de trabajo. Es más, no pretendía siquiera toparme contigo hoy. Además que en mi día libre, hago caso omiso de las órdenes del director Fury. Reglas impuestas por mí mismo consentimiento.- La última charla con dicho director había sido esa misma mañana, y nada relevante más que el pase de reporte de Stark, de allí en fuera era todo normal. Pues sabía de antemano que la misión era la misma, atender y observar todo lo que él y el Dr. Banner realizaban, aunque no eran nada ‘peligroso’.
No era de esperarse que estuviese solo, acompañado únicamente de Happy. Por lo que tenía entendido, y en base a reclamos matutinos por parte de Pepper, él había salido la noche a celebrar, y como una última ocasión en Mónaco, recibía una clase de riña por parte de Potts, claro sin rechiste alguno no era de su gusto responder a cuestiones innecesarias además de evitarse un estrés que estaba por demás. Ironías y ego, no combinaban ante una persona que se reprendía en esconder sus sentimientos y ser lo más neutral posible.
-Me inclino más por la segunda opción que es la más obvia- No había nada mejor que esa ligera hostilidad y choques que se causaban cada que estos dos se encontraban, por no mencionar que en la Torre Stark, era como estar reviviendo la segunda guerra mundial, no por el hecho de que pelearan seguidamente, eso no sucedía, más por Natasha, podía ser la persona más pacífica y paciente, o más bien, sabía como actuar ante ello, siempre había sido una experta, eso no se ponía en duda, pero por otro lado, las cortas y concisas frases que se intercambiaban eran casi del hecho a escupirse lo peor, entre sarcasmos e ironía, los cuales eran más a costumbre de Tony que de parte de ella. –No lo dudo. No te emparejas contigo mismo, porque es prácticamente imposible, que si lo fuera. Bueno, seria lo que pienso- Cruzó su pierna derecha por encima de la izquierda, acomodándose en aquella silla pegada hacia la barra de orden rápida, donde para su buena suerte, Lee le había dejado la bebida o más bien té helado que usualmente solía pedir a cada visita. Hizo por tomarlo y beber un poco de este desde el borde del pitillo. –Oh no, declino el querer un autógrafo tuyo. Obtengo lo suficiente ya viviendo casi bajo el mismo techo contigo. Oh si, tomo tus cosas y las vendo por EBay- El ligero toque de ironía se hace presente en su voz pasiva y tenue. Con porte y elegancia, se giro sobre la silla nuevamente, para quedar al frente de la barra. El segundo chef al cual no conocía demasiado pero sabía de sobre manera lo que ella ordenaba, sacó su orden en cuestión de minutos sirviéndosela sobre la barra en la cual aguardaba de manera jovial. –Esta visto que para ti el trabajo no es tu mejor dote. Despreocúpate, no vengo a hablarte de trabajo. Es más, no pretendía siquiera toparme contigo hoy. Además que en mi día libre, hago caso omiso de las órdenes del director Fury. Reglas impuestas por mí mismo consentimiento.- La última charla con dicho director había sido esa misma mañana, y nada relevante más que el pase de reporte de Stark, de allí en fuera era todo normal. Pues sabía de antemano que la misión era la misma, atender y observar todo lo que él y el Dr. Banner realizaban, aunque no eran nada ‘peligroso’.
No era de esperarse que estuviese solo, acompañado únicamente de Happy. Por lo que tenía entendido, y en base a reclamos matutinos por parte de Pepper, él había salido la noche a celebrar, y como una última ocasión en Mónaco, recibía una clase de riña por parte de Potts, claro sin rechiste alguno no era de su gusto responder a cuestiones innecesarias además de evitarse un estrés que estaba por demás. Ironías y ego, no combinaban ante una persona que se reprendía en esconder sus sentimientos y ser lo más neutral posible.
Natasha A. Romanoff- █ Mensajes : 133
█ Puntos : 79
█ Localización : Donde menos lo pienses.
█ Humor : Conóceme.
█ Sexo :
Re: This time is ramen » Romanoff.
El regordete del establecimiento por fin se acercó con su ramen y lo colocó frente a sus ojos. Bendito humo y bendito olor a comida extranjera, se moría de hambre y honestamente no tenía plan alguno de seguir esperando un minuto más. Siendo sinceros, le causó un poco de nauseas el fuerte olor a Udon que llevaba la sopa, pero no importó. Se preguntó si ese dolor de cabeza seguiría fastidiándolo así durante todo el día; esperaba que terminando de comer, la resaca fuese sólo parte del pasado. No tenía idea de cuáles eran sus obligaciones para ese día, si mal no recordaba, por la noche habría una premiación a la cual debía acudir debido a que le otorgarían, en honor a su título de "héroe", una estatuilla de cristal muy famosa; sí, lo más probable es que Pepper o Rhodey terminaran acudiendo en su nombre para recibir dicho premio y después Tony terminaría siendo reñido por alguno de los dos debido a su falta de responsabilidad.
Sin embargo eso era lo menos imperativo, lo único que importaba ahora era su incipiente relación con aquél plato que tenía servido frente a sí, y que estaba dispuesto a ser desaparecido en un santiamén debido a su inusual apetito. Como de costumbre, no esperó una respuesta más cortante que la que recibió; así era Romanoff y no dudaba que tarde o temprano la mujer amenazaría con hacerle la ley del hielo si se lo disponía —o en casos más extremos lo querría asesinar— como si fuesen dos desconocidos que no están conscientes de la presencia ajena.— Seamos honestos, emparejarme conmigo mismo sería bastante aberrante, pero atractivo. —tomó los palitos de la mesa y los agarró como pudo entre sus dedos, no prestaba demasiada atención a lo que la pelirroja decía, pues estaba más concentrado en no bajar la guardia y dejarse vencer por ese par de palos de madera.
Tenía dignidad y no pensaba pedir una cuchara, después de todo el hombre sabía crear armas nucleares pero no comer comida japonesa como se debe. Alzó la vista, dejando de luchar contra sus más acérrimos enemigos desde hace cinco minutos y se centró en lo que Romanoff había dicho.— ¿En serio? Voy a cobrarte derechos, ni se te ocurra vender a Babas porque entonces te demandaré. —sabía que su robot ayudante era bastante torpe, pero no como para venderlo, el pobre. De cualquier manera su radar de sarcasmo se activó de antemano y sabía que no estaba hablando en serio; aunque pensándolo bien podría ser un gran negocio.
Volvió la vista a su sopa en cuanto la pelirroja le dio la espalda, aún así, siguió escuchando lo que le decía. La distancia entre la barra y la mesa donde se encontraba sentado era particularmente corta. Seh, tal vez se debía a lo estrecho del local.— ¿Sabes qué? Ésto es ridículo —espetó, tomando su plato y levantándose de su lugar, dirigiéndose hacia la barra, justo a un lado de ella.
—, tu espalda realmente es atrayente pero prefiero hablarle a tu cara, si no te importa. —dijo con ironía, digiriendo el resto. Ese "no pretendía siquiera toparme contigo hoy.", fue lo único que no obvió.— Qué curioso porque yo tampoco. Voy a comenzar a creer que me estás siguiendo. —logró por fin tomar los palos con decencia y llevarlos hasta el fondo del plato.
— En ese caso tenemos a una rebelde en la familia, te felicito, tienes más pantalones que cualquier otro con testosterona. —el sarcasmo fluido, su lengua innata.— Por no decir otra cosa. —llevó a su boca el primer bocado y lo degustó. Su mirada enfocada hacia el frente hasta pasar bocado, ladeándola levemente hacia ella para mirarle por el rabillo del ojo— ¿Sigue enojada? —inquirió por debajo, refiriéndose a su asistente, por supuesto. Justo esa misma mañana habían discutido por su 'sorpresita' de la noche anterior. Tony jamás lo admitiría, pero a veces se sentía culpable por hacer rabiar a Pepper sin siquiera desearlo. No podía hacer nada al respecto, Hades lo creó así y no habría mortal que pudiese cambiarlo.— Espera, olvídalo, no me lo digas, no quiero saberlo. —negó de inmediato. Seguramente era todo un sí.
Sin embargo eso era lo menos imperativo, lo único que importaba ahora era su incipiente relación con aquél plato que tenía servido frente a sí, y que estaba dispuesto a ser desaparecido en un santiamén debido a su inusual apetito. Como de costumbre, no esperó una respuesta más cortante que la que recibió; así era Romanoff y no dudaba que tarde o temprano la mujer amenazaría con hacerle la ley del hielo si se lo disponía —o en casos más extremos lo querría asesinar— como si fuesen dos desconocidos que no están conscientes de la presencia ajena.— Seamos honestos, emparejarme conmigo mismo sería bastante aberrante, pero atractivo. —tomó los palitos de la mesa y los agarró como pudo entre sus dedos, no prestaba demasiada atención a lo que la pelirroja decía, pues estaba más concentrado en no bajar la guardia y dejarse vencer por ese par de palos de madera.
Tenía dignidad y no pensaba pedir una cuchara, después de todo el hombre sabía crear armas nucleares pero no comer comida japonesa como se debe. Alzó la vista, dejando de luchar contra sus más acérrimos enemigos desde hace cinco minutos y se centró en lo que Romanoff había dicho.— ¿En serio? Voy a cobrarte derechos, ni se te ocurra vender a Babas porque entonces te demandaré. —sabía que su robot ayudante era bastante torpe, pero no como para venderlo, el pobre. De cualquier manera su radar de sarcasmo se activó de antemano y sabía que no estaba hablando en serio; aunque pensándolo bien podría ser un gran negocio.
Volvió la vista a su sopa en cuanto la pelirroja le dio la espalda, aún así, siguió escuchando lo que le decía. La distancia entre la barra y la mesa donde se encontraba sentado era particularmente corta. Seh, tal vez se debía a lo estrecho del local.— ¿Sabes qué? Ésto es ridículo —espetó, tomando su plato y levantándose de su lugar, dirigiéndose hacia la barra, justo a un lado de ella.
—, tu espalda realmente es atrayente pero prefiero hablarle a tu cara, si no te importa. —dijo con ironía, digiriendo el resto. Ese "no pretendía siquiera toparme contigo hoy.", fue lo único que no obvió.— Qué curioso porque yo tampoco. Voy a comenzar a creer que me estás siguiendo. —logró por fin tomar los palos con decencia y llevarlos hasta el fondo del plato.
— En ese caso tenemos a una rebelde en la familia, te felicito, tienes más pantalones que cualquier otro con testosterona. —el sarcasmo fluido, su lengua innata.— Por no decir otra cosa. —llevó a su boca el primer bocado y lo degustó. Su mirada enfocada hacia el frente hasta pasar bocado, ladeándola levemente hacia ella para mirarle por el rabillo del ojo— ¿Sigue enojada? —inquirió por debajo, refiriéndose a su asistente, por supuesto. Justo esa misma mañana habían discutido por su 'sorpresita' de la noche anterior. Tony jamás lo admitiría, pero a veces se sentía culpable por hacer rabiar a Pepper sin siquiera desearlo. No podía hacer nada al respecto, Hades lo creó así y no habría mortal que pudiese cambiarlo.— Espera, olvídalo, no me lo digas, no quiero saberlo. —negó de inmediato. Seguramente era todo un sí.
Anthony E. Stark- The one and only, Ironman.
- █ Mensajes : 76
█ Puntos : 154
█ Cumpleaños : 03/03/1975
█ Edad : 49
█ Localización : Pregúntale a mi asistente.
█ Humor : Canalla, juerguista, guasón, despreocupado, sarcástico, mujeriego.
█ Sexo :
Re: This time is ramen » Romanoff.
-Eso es bajo, hasta para ti Stark-
Conversaciones como esas eran de las ‘mejores’ entre ambos individuos, usualmente era casi por no decir nada, lo que intercambiaban palabras. Era algo que no parecía molestarles a ninguno de los dos, por el contrario era más gratificante, no quererle asesinar cada segundo que pasaba era más tranquilizante para ella de lo que él mismo podría imaginarse, pues estaba segura que él era más que consiente del mismo hecho de a veces quererle volar la cabeza.
-Tráeme otra ración, ¿ok?- Pidió a manera normal, mientras acababa el plato que se le había servido unos minutos antes. No, jamás había sido la clase de chica normal que se dedicaba a ‘guardar’ la línea y consumir solo lo necesario, ¿en que siglo vivían? Por Dios, cosas como esas solo aplicaban para las modelos como las que modelaban diariamente fuera del apartamento de Stark, por no mencionar más.
-Oh rayos, ¿qué haré con la subasta que tenía por él?, ni modo, ya veré como me las arreglo con eso- Bastante sarcástica por no decir que altanera. De las cualidades poco notorias en la pelirroja pero que dicho castaño sabía bien como sacar a relucir sin esfuerzo alguno y –estando casi segura- a propósito indirecto.
Cabe decir que sonrío para si misma con dicho comentario. Si, bastaba admitir que podía tener esos momentos ‘decentes’ en los cuales por unos milisegundos dejaba de pensar en como desaparecerlo de su vista y dejar entrar ese toque poco ortodoxo y sutil pero divertido tan típico de él. No obstante no comento nada acerca de ello y prosiguió con la comida que era una de sus favoritas.
-¿Seguirte, en mi día libre? Llegas al borde del sentido poco elocuente Stark. La verdad duele, aunque para ti no sea tan obvio. Serias la última persona a quien seguiría. Y si fuese así, seria por obligación no por iniciativa propia- Río a sus adentros mismos, siendo lo suficientemente disimulada, habiéndose dado cuenta de la complejidad por la cual Stark pasaba, con unos simples palos chinos. Deducción sin complejidad para ella, una espía maestra; solo para si misma disfruto de ello, irónico. Por un momento dejo aquellos palillos, tomando del pequeño vaso lleno con lo que parecía ser limonada de agua mineral, lo usual a tomar la pelirroja; bebiendo entonces de este.
-¿Alguien debía tenerlos, no? Digo, dada a la notoria falta de ellos por parte de los demás, por no decir todos.- Y un juego de nunca acabar, comentarios sarcásticos e irónicos, defensas en el mismo sentido, de regreso, y así seguía. Ya era algo que se había vuelto más que costumbre. El segundo platillo se hizo presente, tomando de nuevo los palos chinos, se dispuso a comer de este; no obstante por otro lado dirigía su mirada en reojo hacia su acompañante acomodado al lado de ella –Bueno, solo te has contestado la interrogante- no pudo evitar soltar una risa irónica. Pues si algo en lo que Stark era experto además de crear armas y mejorar el diseño de su armadura, era el hacer enojar a Pepper en un tiempo record y sin razones aparentes. Tal vez estaba siendo ‘mala’ en reírme de ello, pero a decir verdad, no dejaba de ser una situación divertida, que dicho hombre tan arrogante, tuviera su talón de Aquiles, pese a que le costara admitirlo.
-Tony, Pepper estaba realmente enojada.- Giro por unos segundos su rostro para dejarlo en completa dirección hacia él, raramente era de llamarle por su nombre, o el corto de este mismo, si no fuese cuando quería hacer hincapié a un tema relevante. –Me es indiferente lo que hagas. Es muy tu problema. Pero no le hagas enojar de esa magnitud, le preocupas, más de lo que crees. Además de que el resto somos el punto de descarga de dicho enojo; aunque bueno eso viene dando igual, el punto es eso que te mencione- Desvió entonces su rostro, regresando su atención a la comida.
Conversaciones como esas eran de las ‘mejores’ entre ambos individuos, usualmente era casi por no decir nada, lo que intercambiaban palabras. Era algo que no parecía molestarles a ninguno de los dos, por el contrario era más gratificante, no quererle asesinar cada segundo que pasaba era más tranquilizante para ella de lo que él mismo podría imaginarse, pues estaba segura que él era más que consiente del mismo hecho de a veces quererle volar la cabeza.
-Tráeme otra ración, ¿ok?- Pidió a manera normal, mientras acababa el plato que se le había servido unos minutos antes. No, jamás había sido la clase de chica normal que se dedicaba a ‘guardar’ la línea y consumir solo lo necesario, ¿en que siglo vivían? Por Dios, cosas como esas solo aplicaban para las modelos como las que modelaban diariamente fuera del apartamento de Stark, por no mencionar más.
-Oh rayos, ¿qué haré con la subasta que tenía por él?, ni modo, ya veré como me las arreglo con eso- Bastante sarcástica por no decir que altanera. De las cualidades poco notorias en la pelirroja pero que dicho castaño sabía bien como sacar a relucir sin esfuerzo alguno y –estando casi segura- a propósito indirecto.
Cabe decir que sonrío para si misma con dicho comentario. Si, bastaba admitir que podía tener esos momentos ‘decentes’ en los cuales por unos milisegundos dejaba de pensar en como desaparecerlo de su vista y dejar entrar ese toque poco ortodoxo y sutil pero divertido tan típico de él. No obstante no comento nada acerca de ello y prosiguió con la comida que era una de sus favoritas.
-¿Seguirte, en mi día libre? Llegas al borde del sentido poco elocuente Stark. La verdad duele, aunque para ti no sea tan obvio. Serias la última persona a quien seguiría. Y si fuese así, seria por obligación no por iniciativa propia- Río a sus adentros mismos, siendo lo suficientemente disimulada, habiéndose dado cuenta de la complejidad por la cual Stark pasaba, con unos simples palos chinos. Deducción sin complejidad para ella, una espía maestra; solo para si misma disfruto de ello, irónico. Por un momento dejo aquellos palillos, tomando del pequeño vaso lleno con lo que parecía ser limonada de agua mineral, lo usual a tomar la pelirroja; bebiendo entonces de este.
-¿Alguien debía tenerlos, no? Digo, dada a la notoria falta de ellos por parte de los demás, por no decir todos.- Y un juego de nunca acabar, comentarios sarcásticos e irónicos, defensas en el mismo sentido, de regreso, y así seguía. Ya era algo que se había vuelto más que costumbre. El segundo platillo se hizo presente, tomando de nuevo los palos chinos, se dispuso a comer de este; no obstante por otro lado dirigía su mirada en reojo hacia su acompañante acomodado al lado de ella –Bueno, solo te has contestado la interrogante- no pudo evitar soltar una risa irónica. Pues si algo en lo que Stark era experto además de crear armas y mejorar el diseño de su armadura, era el hacer enojar a Pepper en un tiempo record y sin razones aparentes. Tal vez estaba siendo ‘mala’ en reírme de ello, pero a decir verdad, no dejaba de ser una situación divertida, que dicho hombre tan arrogante, tuviera su talón de Aquiles, pese a que le costara admitirlo.
-Tony, Pepper estaba realmente enojada.- Giro por unos segundos su rostro para dejarlo en completa dirección hacia él, raramente era de llamarle por su nombre, o el corto de este mismo, si no fuese cuando quería hacer hincapié a un tema relevante. –Me es indiferente lo que hagas. Es muy tu problema. Pero no le hagas enojar de esa magnitud, le preocupas, más de lo que crees. Además de que el resto somos el punto de descarga de dicho enojo; aunque bueno eso viene dando igual, el punto es eso que te mencione- Desvió entonces su rostro, regresando su atención a la comida.
Natasha A. Romanoff- █ Mensajes : 133
█ Puntos : 79
█ Localización : Donde menos lo pienses.
█ Humor : Conóceme.
█ Sexo :
Temas similares
» Natasha Romanoff {!D}
» No hay casualidad, ni destino, tan sólo azar y probabilidad || Natasha A. Romanoff
» Is beach time ! → Steve
» Datos&Reglas.
» No hay casualidad, ni destino, tan sólo azar y probabilidad || Natasha A. Romanoff
» Is beach time ! → Steve
» Datos&Reglas.
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Dom Oct 26, 2014 1:34 pm por Barbra S. Marsden
» Party Hard
Mar Jun 11, 2013 4:34 pm por Merlin Emrys
» Datos&Reglas.
Vie Sep 28, 2012 4:39 pm por Invitado
» Confesionario
Mar Sep 25, 2012 2:07 am por Nicolas Flamel
» Registro de PB.
Miér Sep 05, 2012 1:17 am por Barbra S. Marsden
» Daenerys Targaryen
Miér Sep 05, 2012 1:13 am por Barbra S. Marsden
» Personajes & fandoms ocupados.
Miér Ago 29, 2012 5:18 am por Daenerys Targaryen
» Han vuelto el sabor, la ira y la destrucción.
Lun Ago 27, 2012 4:49 am por Kerian Schwann
» Stayin' Alive · Sookie
Miér Ago 08, 2012 12:58 pm por Sookie Stackhouse