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Panic Switch [Tate]
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Panic Switch [Tate]
por Gwendolyn Sphere Sáb Jun 30, 2012 1:32 am
Panic Switch
Bibloteca de Seattle | 18:07 hs | Día lluvioso. | Tate R. Langdon.
Tiempo. El tiempo no vale la pena pensó Gwendolyn, era aburrido tener que pasarlo al esperar, como llegar hasta hasta la biblioteca de la ciudad, y era horrible no poder detenerlo cuando uno no quería que pasara. Y todos teníamos nuestra hora, el tiempo en que partiríamos, aún recordaba en carne viva cuando había llegado el tiempo de su madre, pero no lo demostraría, no dejaría que los demás vieran que aún le dolía. A veces, realmente podía ignorarlo, como si no lo terminara de asumir, y así hacer de cuenta que la vida simplemente continúa. Que el tiempo continua como la entidad abstracta que no podemos controlar ni contener.
Sin embargo necesitaba que en ese momento el tiempo corriera rápido, y que ella se moviera rápido, porque acababa de salir del colegio y llovía y no llegaría a su casa, al menos no seca.
Pudo detener aquellos pensamientos al verse en la puerta del edificio bibliotecario al que entró con apuro, no le quedaba muchas horas para refugiarse allí dentro y esperaba que la lluvia hubiese terminado para ese entonces. Ese había sido el motivo por el que llegó allí.
Una vez dentro saludó de forma silenciosa al encargado quién con poco interés apenas vio de reojo lo algo mojada que se encontraba y asintió, ella se metió entre las altas librerías buscando algún libro que leer mientras esperaba que la lluvia cesara, pero mientras pasaba la yema de su dedo índice por encima de los lomos de los libros escuchó un ruido. Pensó que fue raro porque el encargado estaba del otro lado del lugar, y era un lugar grande. No recordaba haber visto a alguien más pero se quedó en silencio e inmóvil un momento, observando para todos lados curiosa.
Última edición por Gwendolyn Sphere el Sáb Jun 30, 2012 2:42 pm, editado 4 veces
Gwendolyn Sphere- █ Mensajes : 48
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Re: Panic Switch [Tate]
por Tate R. Langdon Sáb Jun 30, 2012 1:56 am
Panic Switch
with Gwendolyn Sphere at Seattle
Lo gracioso de estar muerto, era que las fronteras dejaban de existir, el tiempo ya no servía para nada y ni siquiera el clima podía cambiar el estado de ánimo. De algunas personas, claro. Tate siempre había sido demasiado voluble. El caso estaba en que el rubio podía permitirse ir a prácticamente cualquier parte del mundo rápidamente sin tener que preocuparse en cosas banales, como comer o pagar pasajes. El mundo estaba a su merced y él estaba más que dispuesto a tomarlo.
No tenía muchas cosas que realmente lo aferraran a Los Angeles, solamente Nora y eso a un grado un tanto bajo. De hecho ella era su pretexto para poder matar. No es que verdaderamente necesitara un motivo pero le gustaba fingir que le interesaba ser aceptado por el resto de los muertos en la casa. Fuera como fuese, hacía un tiempo que Tate se dedicaba a viajar por el país y volviendo a casa día a día. A cualquier ser vivo le hubiese resultado tedioso tener que hacer viajes tan largos para absolutamente nada - porque prácticamente nunca hacía nada en sus viajes - pero, bueno, él no estaba vivo así que podía hacer lo que le cayera en gana.
La elección de ese día había sido Seattle, mejor dicho, la biblioteca pública de Seattle. Había escuchado decir que era bastante grande y tenía títulos de ese tipo que prácticamente nadie apreciaba y que, por lo tanto, a él le agradaban. Llegó al lugar cuando llovía, decidió ser visible en esa ocasión para dejar la lluvia correr por su rostro. Le agradaba ver los rostros sorprendidos de los ciudadanos al verlo caminar tranquilamente bajo el chubasco. Admitamoslo, a Tate le gustaba cualquier cosa que le hiciera resaltar ante los demás, cosa que no era difícil dado lo patético que resultaba el resto de la humanidad ante sus ojos.
En el lugar solamente había un encargado y una chica rubia que entró antes que él. Según pensaba, ella no lo había notado. Eso no era raro, en su condición prácticamente no hacía ruido alguno al caminar. El cabello rubio -el cual detestaba por ser tan parecido al suyo. Solo él tenía derecho a tener esa tonalidad. - y rostro de porcelana que poseía la fémina le hizo sentir la necesidad de mantener una conversación. De hacerse notar. En su modo "fantasma" - en el cual nadie podía verlo ni escucharlo - se dedicó a seguirla entre las estanterías, viendo sobre su hombro los títulos que le atraían. Langdon sabía perfectamente cuando las personas notaban su presencia, el ataque de paranoia que les provocaba era sumamente satisfactorio.
Cuando la chica comenzó a girarse de un lado a otro, el rubio decidió hacer acto de presencia. Se colocó a su lado, recargado en una estantería y con los brazos cruzados sobre el pecho en la espera de que ella lo encontrará con la mirada. — ¡Bu! — exclamó con una sonrisa traviesa en los labios. Era altamente irónico hacer ese tipo de cosas, el jugar a ser un fantasma que asustaba a mujeres indefensas en bibliotecas solitarias. — ¿te asuste? —
with Gwendolyn Sphere at Seattle
Lo gracioso de estar muerto, era que las fronteras dejaban de existir, el tiempo ya no servía para nada y ni siquiera el clima podía cambiar el estado de ánimo. De algunas personas, claro. Tate siempre había sido demasiado voluble. El caso estaba en que el rubio podía permitirse ir a prácticamente cualquier parte del mundo rápidamente sin tener que preocuparse en cosas banales, como comer o pagar pasajes. El mundo estaba a su merced y él estaba más que dispuesto a tomarlo.
No tenía muchas cosas que realmente lo aferraran a Los Angeles, solamente Nora y eso a un grado un tanto bajo. De hecho ella era su pretexto para poder matar. No es que verdaderamente necesitara un motivo pero le gustaba fingir que le interesaba ser aceptado por el resto de los muertos en la casa. Fuera como fuese, hacía un tiempo que Tate se dedicaba a viajar por el país y volviendo a casa día a día. A cualquier ser vivo le hubiese resultado tedioso tener que hacer viajes tan largos para absolutamente nada - porque prácticamente nunca hacía nada en sus viajes - pero, bueno, él no estaba vivo así que podía hacer lo que le cayera en gana.
La elección de ese día había sido Seattle, mejor dicho, la biblioteca pública de Seattle. Había escuchado decir que era bastante grande y tenía títulos de ese tipo que prácticamente nadie apreciaba y que, por lo tanto, a él le agradaban. Llegó al lugar cuando llovía, decidió ser visible en esa ocasión para dejar la lluvia correr por su rostro. Le agradaba ver los rostros sorprendidos de los ciudadanos al verlo caminar tranquilamente bajo el chubasco. Admitamoslo, a Tate le gustaba cualquier cosa que le hiciera resaltar ante los demás, cosa que no era difícil dado lo patético que resultaba el resto de la humanidad ante sus ojos.
En el lugar solamente había un encargado y una chica rubia que entró antes que él. Según pensaba, ella no lo había notado. Eso no era raro, en su condición prácticamente no hacía ruido alguno al caminar. El cabello rubio -el cual detestaba por ser tan parecido al suyo. Solo él tenía derecho a tener esa tonalidad. - y rostro de porcelana que poseía la fémina le hizo sentir la necesidad de mantener una conversación. De hacerse notar. En su modo "fantasma" - en el cual nadie podía verlo ni escucharlo - se dedicó a seguirla entre las estanterías, viendo sobre su hombro los títulos que le atraían. Langdon sabía perfectamente cuando las personas notaban su presencia, el ataque de paranoia que les provocaba era sumamente satisfactorio.
Cuando la chica comenzó a girarse de un lado a otro, el rubio decidió hacer acto de presencia. Se colocó a su lado, recargado en una estantería y con los brazos cruzados sobre el pecho en la espera de que ella lo encontrará con la mirada. — ¡Bu! — exclamó con una sonrisa traviesa en los labios. Era altamente irónico hacer ese tipo de cosas, el jugar a ser un fantasma que asustaba a mujeres indefensas en bibliotecas solitarias. — ¿te asuste? —
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Re: Panic Switch [Tate]
por Gwendolyn Sphere Sáb Jun 30, 2012 2:38 am
ooc: ahora yo también quiero tabla (?
Una, dos, tres y quién sabe cuántas veces más la chica giró la vista de un lado a otro en busca de esa presencia que la perturbaba, no porque en realidad odiara que hubiese más gente allí -no era de su agrado pero no lo odiaba- sino porque estaba casi segura de que en verdad no había nadie más allí, hasta juraría que inclusive el encargado había salido.
Y entonces escuchó una voz, fuerte y clara, resonando en sus oídos en un llamado de atención tan conocido como burlón. Rápidamente se volteó tras pegar un salto en el lugar, y a pesar del susto se encontró con un chico. Común y corriente, al menos, en apariencia.
Se tomó unos segundos para observarlo, los ojos bien abiertos, como curiosa más que asustada, y en el momento consideró de que la única forma de que eso pasara era que hubiese pasado por alto que alguien más deambulaba por allí sin que ella misma, la observación en persona, lo notara.
-No, asustar no es la palabra.- Se mordió el labio inferior un momento, pensativa, e incluso frunció un poco el ceño mientras buscaba palabras adecuadas. -Sorprendida, eso es. Me has sorprendido.- Frunció los labios demostrando convicción en sus palabras al mismo tiempo que asentía con la cabeza y llevaba una de sus manos hasta el borde de su vestido de dónde tiró un poco, como jugando con la prenda.
Panic Switch
Bibloteca de Seattle | 18:07 hs | Día lluvioso. | Tate R. Langdon.
Una, dos, tres y quién sabe cuántas veces más la chica giró la vista de un lado a otro en busca de esa presencia que la perturbaba, no porque en realidad odiara que hubiese más gente allí -no era de su agrado pero no lo odiaba- sino porque estaba casi segura de que en verdad no había nadie más allí, hasta juraría que inclusive el encargado había salido.
Y entonces escuchó una voz, fuerte y clara, resonando en sus oídos en un llamado de atención tan conocido como burlón. Rápidamente se volteó tras pegar un salto en el lugar, y a pesar del susto se encontró con un chico. Común y corriente, al menos, en apariencia.
Se tomó unos segundos para observarlo, los ojos bien abiertos, como curiosa más que asustada, y en el momento consideró de que la única forma de que eso pasara era que hubiese pasado por alto que alguien más deambulaba por allí sin que ella misma, la observación en persona, lo notara.
-No, asustar no es la palabra.- Se mordió el labio inferior un momento, pensativa, e incluso frunció un poco el ceño mientras buscaba palabras adecuadas. -Sorprendida, eso es. Me has sorprendido.- Frunció los labios demostrando convicción en sus palabras al mismo tiempo que asentía con la cabeza y llevaba una de sus manos hasta el borde de su vestido de dónde tiró un poco, como jugando con la prenda.
Última edición por Gwendolyn Sphere el Sáb Jun 30, 2012 2:42 pm, editado 1 vez
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Re: Panic Switch [Tate]
por Tate R. Langdon Sáb Jun 30, 2012 3:00 am
ooc: LOL las tablas son pura belleza <3
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Mantuvo la sonrisa en los labios aún cuando la chica hablaba. Se deleitó con la expresión sorprendida de la rubia, regodeándose en el hecho de saber que podía jugar con su mente cuanto quisiera el tiempo que él lo deseara. Por su mente pasó la idea de hacer una de sus dramatizaciones clichés de fantasmas; algo como aparecer y desaparecer itermitentemente o algo por el estilo, pero deserto la idea casi inmediatamente. Ese día tenía ánimos de conversar ya que, honestamente, nadie en Murder's House resultaba minimamente interesante. Tantos años con esos muertos ya le habían aburrido.
Aún en la misma posición enarco ambas cejas, como si de verdad no creyera que la rubia desconocida decía la verdad. Claro, él sabía que era sorprendente su sola presencia, pero también creía ser aterrador. O por lo menos a él siendo humano le hubiera asustado ligeramente el que una persona se materializara de la nada. O tal vez no. Realmente no recordaba mucho sobre "ser humano". — Sorprenderse... No te culparía, soy sencillamente asombroso — el tono en el que hablo sonaba mitad broma y mitad serio. Tenía mucha más veracidad en esas palabras que lo que cualquiera podría imaginar; según el perfil psicológico que le había hecho un médico cuando aún vivía - a petición de su madre, claro - Tate era un ser egolatra y narcisista. ¿Cómo no serlo? Si su sola existencia después de la muerte era algo único. Bueno, casi único.
Se irguió en su lugar y dio un par de pasos hacía el frente, para quedar más cerca de la rubia. Podía verla jugando con el bordillo de su vestido, en una actitud infantil que al joven Langdon le resulto fuera de lugar. ¿Acaso era una de esas chicas tímidas que se ponían nerviosas con cualquier clase de conversación? Esperaba que no, ese tipo de personas siempre sacaban lo mejor o lo peor de él. Esperaba que no fuera "lo mejor". — Tate Langdon, un placer... — se presentó con cortesía y una sonrisa tan encantadora como falsa, al tiempo que extendía una mano hacía la rubia, esperando que ella la estrechara.
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Mantuvo la sonrisa en los labios aún cuando la chica hablaba. Se deleitó con la expresión sorprendida de la rubia, regodeándose en el hecho de saber que podía jugar con su mente cuanto quisiera el tiempo que él lo deseara. Por su mente pasó la idea de hacer una de sus dramatizaciones clichés de fantasmas; algo como aparecer y desaparecer itermitentemente o algo por el estilo, pero deserto la idea casi inmediatamente. Ese día tenía ánimos de conversar ya que, honestamente, nadie en Murder's House resultaba minimamente interesante. Tantos años con esos muertos ya le habían aburrido.
Aún en la misma posición enarco ambas cejas, como si de verdad no creyera que la rubia desconocida decía la verdad. Claro, él sabía que era sorprendente su sola presencia, pero también creía ser aterrador. O por lo menos a él siendo humano le hubiera asustado ligeramente el que una persona se materializara de la nada. O tal vez no. Realmente no recordaba mucho sobre "ser humano". — Sorprenderse... No te culparía, soy sencillamente asombroso — el tono en el que hablo sonaba mitad broma y mitad serio. Tenía mucha más veracidad en esas palabras que lo que cualquiera podría imaginar; según el perfil psicológico que le había hecho un médico cuando aún vivía - a petición de su madre, claro - Tate era un ser egolatra y narcisista. ¿Cómo no serlo? Si su sola existencia después de la muerte era algo único. Bueno, casi único.
Se irguió en su lugar y dio un par de pasos hacía el frente, para quedar más cerca de la rubia. Podía verla jugando con el bordillo de su vestido, en una actitud infantil que al joven Langdon le resulto fuera de lugar. ¿Acaso era una de esas chicas tímidas que se ponían nerviosas con cualquier clase de conversación? Esperaba que no, ese tipo de personas siempre sacaban lo mejor o lo peor de él. Esperaba que no fuera "lo mejor". — Tate Langdon, un placer... — se presentó con cortesía y una sonrisa tan encantadora como falsa, al tiempo que extendía una mano hacía la rubia, esperando que ella la estrechara.
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Re: Panic Switch [Tate]
por Gwendolyn Sphere Sáb Jun 30, 2012 3:14 am
Panic Switch
Bibloteca de Seattle | 18:07 hs | Día lluvioso. | Tate R. Langdon.
Sus gestos se volvieron más serios y escépticos al oírlo, aunque tenía que aceptar que sí le causó algo de gracia esa actitud mas no sabía bien qué le resultaba tan cómico. Ir asustando gente por la vida no era algo gracioso, ¿O sí? No era la primera vez que Gwendolyn se sentía fuera de lugar con lo que la mayoría apreciaba o quería hacer. Era como cuando la gente se quejaba de que estuviera nublado, o pedían que pronto llegara el verano. ¿Qué era lo que tenía de atractivo? Días insoportablemente calurosos, el sudor, estar molesto en todos lados todo el tiempo, mientras que los días de lluvia, como ese, a pesar de mojarse un poco uno podía resguardarse de la lluvia, mirarla por la venta y leer un buen libro, y hasta tomar una taza caliente de infusión que se prefiera. Pero toda esa, era otra historia.
-Sí, seguro.- Sin intención de tomarle el pelo respondió asintiendo poco convencida, como se le respondería a alguien que uno no quiere esforzarse en responder pero no perdió el interés por mucho. Al menos, su atención fue captada al notarlo acercarse, se quedó en silencio y sin moverse nuevamente mientras él se acercó hasta al parecer acomodarse y seguido, presentarse. -Gwendolyn Sphere.- Y entre sus rasgos poco alegres -sólo porque así eran normalmente, más bien neutrales, ni enojados ni tristes, neutral.- se dibujó una sonrisita, pequeña y sutil. -Gwen está bien.- Agregó con un tono mucho más ameno que en principio y sin pensarlo demasiado llevó la mano desde su vestido hasta la de Tate estrechándola delicadamente.
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Re: Panic Switch [Tate]
por Tate R. Langdon Dom Jul 01, 2012 2:58 am
OOC: Perdón si es más corto de lo que debería, pero tengo un dolor de cabeza épico de verdad.
Panic Switch
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Fingió que su respuesta escéptica no le importaba y se obligó a mostrar una sonrisa amplia en los labios. Si había algo que el rubio detestaba era que le diesen por su lado, cosa que su nueva acompañante acababa de hacer. A Tate le gustaba llamar la atención muy a su manera, y que rebajaran lo que él era le enfurecía. Solo esperaba que ese enojo no atravesara la máscara de tranquilidad que intentaba demostrar su rostro. Por eso se limito a encogerse de hombros y no decir nada más. No sería conveniente para ninguno de los dos. Solamente volvió a moverse cuando la chica se presentó y estrechó su mano. Por suerte no era como esos fantasmas de televisión: transparente y de consistencia gaseosa. Prácticamente seguía siendo humano, incluso la diferencia de temperaturas no era tan notoria, aunque claro que estar muerto tenía sus ventajas. — Un placer, Gwendolyne — dijo, haciendo enfasis en su nombre para hacerle notar que la llamaría de esa forma. Tal vez se debía a que su nombre era corto y ridículo, pero no le gustaba masacrar nombres ajenos con diminutivos.
Tate soltó la mano de la rubia e hizo un movimiento de cortesía con la cabeza. En ocasiones resultaba ser demasiado propio. A continuación giró la cabeza hacía la estantería para ver nuevamente los títulos que la rubia había estado observando. — Entonces cuéntame, ¿Buscabas algún título en especial? ¿Qué tipo de literatura te gusta?[/i] — cuestionó mientras pasaba delicadamente las llemas de los dedos por el lomo de libros al azar. Realmente no prestaba atención a los libros, más bien fingía hacerlo mientras observaba con discreción a la chica. De reojo y sin que fuera muy notorio. Desde que tenía tanto tiempo libre, Langdon había perfeccionado sus habilidades para analizar a la gente por sus movimientos, palabras o tonos de voz. Esa nueva habilidad le daba infinidad de ventaja ante las personas con las que se encontraba.
Tate soltó la mano de la rubia e hizo un movimiento de cortesía con la cabeza. En ocasiones resultaba ser demasiado propio. A continuación giró la cabeza hacía la estantería para ver nuevamente los títulos que la rubia había estado observando. — Entonces cuéntame, ¿Buscabas algún título en especial? ¿Qué tipo de literatura te gusta?[/i] — cuestionó mientras pasaba delicadamente las llemas de los dedos por el lomo de libros al azar. Realmente no prestaba atención a los libros, más bien fingía hacerlo mientras observaba con discreción a la chica. De reojo y sin que fuera muy notorio. Desde que tenía tanto tiempo libre, Langdon había perfeccionado sus habilidades para analizar a la gente por sus movimientos, palabras o tonos de voz. Esa nueva habilidad le daba infinidad de ventaja ante las personas con las que se encontraba.
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Re: Panic Switch [Tate]
por Gwendolyn Sphere Dom Jul 01, 2012 3:56 am
ooc: no hay problema, escribí tres líneas y yo soy feliz (?)
Un escalofrío recorrió su cuerpo al tocar su mano, sin embargo no encontró nada más que pudiera llamar anormal como para alarmarse o dejarse llevar por esa mala sensación.
Rápidamente él se alejó y continuó hablando normalmente por lo que la chica se redujo a escucharlo con la misma sonrisa tenue aún en el rostro que hacía acentuar sus pómulos. Exactamente como al parecer Tate acentuaba que la llamaría por su nombre completo y no objetó al respecto, después de todo ese sobre nombre lo había recibido de su hermana cuando jugaban a las muñecas, y por jugar quería decir que su hermana la usara de muñeca a ella. Nunca hubiera disfrutado de tal actividad por cuenta propia y a voluntad.
Sus labios se fruncieron con algo más de intensidad al observar su gesto al igual lo hizo, en efecto, su sonrisa. No estaba segura por qué, pero Gwendolyn siempre había encontrado interesantes, o al menos despertaba su intriga, todo aquello que le generara un sentimiento de antaño, incluso a veces pensaba que era algún tipo de alma vieja que había nacido en la época equivocada, pero sabía que cualquier idea del estilo eran tonterías y por eso al recordarlo le daba algo de gracia.-No buscaba nada en particular, esperaba que algún título me llamara la atención.- Respondió amena. -Bueno...- Su voz comenzó a recitar como si fuera a hablar por horas o a contar algo realmente extenso. Al mismo tiempo, seguía con la mirada perdida la mano de Tate paseándose por los lomos de los libros guardados en la estantería cercana. -En realidad depende del libro en sí más que de su género. No creo poder elegir sólo un tipo.- Resumió sus ideas a las líneas que terminó de pronunciar arrastrando las palabras a un volumen menor.
Sin quitar la mirada de los libros genuinamente distraída en ellos, llevó una de sus manos hasta sus labios dónde rozó el inferior con la yema de sus dedos en gesto pensativo. -¿Podrías imaginarte? ¿Limitarte a una sola palabra que te etiquete?- Sus dedos se curvaron cerrándose lenta y delicadamente y alejándose de su propio rostro, éste lo movió de vuelta hacia el muchacho buscándolo con la mirada. -¿Te gusta leer? Sé qué puede ser obvio estando en una biblioteca pero...También deben haber otros motivos por los que alguien vaya a una biblioteca, ¿no?-
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Bibloteca de Seattle | 18:07 hs | Día lluvioso. | Tate R. Langdon.
Un escalofrío recorrió su cuerpo al tocar su mano, sin embargo no encontró nada más que pudiera llamar anormal como para alarmarse o dejarse llevar por esa mala sensación.
Rápidamente él se alejó y continuó hablando normalmente por lo que la chica se redujo a escucharlo con la misma sonrisa tenue aún en el rostro que hacía acentuar sus pómulos. Exactamente como al parecer Tate acentuaba que la llamaría por su nombre completo y no objetó al respecto, después de todo ese sobre nombre lo había recibido de su hermana cuando jugaban a las muñecas, y por jugar quería decir que su hermana la usara de muñeca a ella. Nunca hubiera disfrutado de tal actividad por cuenta propia y a voluntad.
Sus labios se fruncieron con algo más de intensidad al observar su gesto al igual lo hizo, en efecto, su sonrisa. No estaba segura por qué, pero Gwendolyn siempre había encontrado interesantes, o al menos despertaba su intriga, todo aquello que le generara un sentimiento de antaño, incluso a veces pensaba que era algún tipo de alma vieja que había nacido en la época equivocada, pero sabía que cualquier idea del estilo eran tonterías y por eso al recordarlo le daba algo de gracia.-No buscaba nada en particular, esperaba que algún título me llamara la atención.- Respondió amena. -Bueno...- Su voz comenzó a recitar como si fuera a hablar por horas o a contar algo realmente extenso. Al mismo tiempo, seguía con la mirada perdida la mano de Tate paseándose por los lomos de los libros guardados en la estantería cercana. -En realidad depende del libro en sí más que de su género. No creo poder elegir sólo un tipo.- Resumió sus ideas a las líneas que terminó de pronunciar arrastrando las palabras a un volumen menor.
Sin quitar la mirada de los libros genuinamente distraída en ellos, llevó una de sus manos hasta sus labios dónde rozó el inferior con la yema de sus dedos en gesto pensativo. -¿Podrías imaginarte? ¿Limitarte a una sola palabra que te etiquete?- Sus dedos se curvaron cerrándose lenta y delicadamente y alejándose de su propio rostro, éste lo movió de vuelta hacia el muchacho buscándolo con la mirada. -¿Te gusta leer? Sé qué puede ser obvio estando en una biblioteca pero...También deben haber otros motivos por los que alguien vaya a una biblioteca, ¿no?-
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