Ficha de Sveltana du Ikana

La ultima perteneciente a la Familia Real del Reino de Ikana, un Reino olvidado ya, del cual solo se conocen ruinas y su mayor esplendor ha muerto con el paso del tiempo. Su madre fue una de las pocas Oráculos conocidas dentro de la familia, siendo esta nieta del gran y poderoso Igus du Ikana. Se llamo Romina, y murió al traer al mundo a Sveltana. Su padre un guerrero, uno tan dedicado que pudo tener el honor de pelear y proteger al gobernante y protector de aquel reino, que en su tiempo se extendió majestuosamente. Murió cumpliendo su trabajo, cuando la desgracia cubrió aquellas tierras y dejo manchada de sangre la historia de Ikana.

Se crio en las ruinas del castillo (lugar que les pertenecía por derecho de nacimiento) junto con su hermano Abdiel, quien fuese siete años mayor que ella. Habiendo sido testigo de una sangrienta guerra, el suelo era casi infértil y solo algunos lugares eran capaces de dar vida a las plantas. En ocasiones ambos tuvieron que sembrar y cosechar su propia comida (los vegetales) y se saciaban además con animales que sobrevivían en aquel clima tan fastidiosamente cálido (aunque parecía que eso no les afectaba demasiado a ellos). No conocían terrenos otros, ignoraban los lujos y/o maravillas del mundo exterior.

Abdiel era un hombre cruel y ambicioso, tajante al hablar y muy dado a violentos cambios de humor. Cuando no había suficiente comida, o el clima era bastante desfavorable por largos periodos, solía golpear y maltratar a su hermana. Su mayor deseo era reconstruir lo que le arrebato la guerra.

No pasarían muchos años, para que un grupo de salvajes encontraran aquel cañón con nada más que la intención de saquear la sagrada Torre de Piedra y las ruinas del Palacio (se rumoraba que había muchos tesoros escondidos). Los salvajes no esperaban encontrar a los dos niños. En un intento de asesinarlos, y confiando en la belleza de su hermana, Abdiel le ofrece al líder su hermana como esposa a cambio de dejarle vivir, y le da una condición más: reconstruir junto con su ejército el antiguo reino de Ikana. Este salvaje acepta. Sveltana con tan solo trece años se convierte en la acompañante de este desconocido sujeto el cual doblegaba su edad.

Su sorpresa fue que termino por enamorarse de su ‘comprador’ y a los catorce años ya esperaba un hijo suyo. En ese entonces se le respetaba a la joven, se le trataba como la princesa que debió haber sido.
Abdiel viendo que no se cumplían sus deseos de reconstruir su trono, amenaza a su hermana para presionar a los salvajes aquellos. Pero es asesinado por los mismos.

Sveltana tuvo la oportunidad de recorrer valles que nunca había soñado conocer, todo esto gracias a su esposo. Pero en una de tantas aventuras Rhaeg (su esposo) es herido, y ella desesperaba por conservar lo único que le quedaba, recurre a la ayuda de una vieja mujer que utilizaba magia para la sanación. Sin esperanzas, la mujer le comunica que Rhaeg morirá y la única esperanza es usar Magia con Sangre: la cual consistía en cambiar una vida por otra. Nuestra joven princesa acepta, sin conocer el truco tras esto. Durante el ritual (del cual era ella solo espectadora) empieza la labor de parto. Cual seria su sorpresa al descubrir que la vida que dio fue la de su pequeño. Rhaego sin embargo queda en estado vegetal. Tenia la vida pero faltaba todo aquello que lo hacia quien era. Sveltana decide asfixiarla en sus aposentos y decidida a terminar con todo ella también, quema en un ritual a su esposo, y después se adentra en el fuego.

A la mañana siguiente, ella se encuentra intacta, sus ropas han sido consumidas por las brasas, pero no tiene rastro de daño alguno en ella misma. Entonces abandona a aquel grupo de salvajes con los que viajaba/convivía y comienza un viaje, sin mucha esperanza, por su cuenta.

Con solo un blanco caballo junto a ella, recorre desiertos y valles y algunas que otras grandes ciudades. No tiene ya motivos para seguir, y se dispone a mendigar. Lo hace y no le avergüenza entonces. Sus ojos se apagan y su sonrisa se borra, sus sonrosadas mejillas palidecen; en su cuerpo se marca la falta de alimento y de cuidados.

Un día como cualquiera, la vida decide ponerla a jugar. En una ciudad grande (de la cual desconoce su nombre, pero son de esas llenas de autos, de smog, de ruidos infernales) en la que ella reposaba en una avenida cualquiera, un extraño tropieza con una dormida Sveltana. Encantado por su rara belleza, le ofrece en un principio una calidad de vida mejor, o seria que aquel hombre sabia que ella anhelaba algo mas que superarse a si misma.

La invitaba a vivir con el, pero mas que eso, le ofrece alguien con quien estar. Desconoce ella por qué aquel hombre la recogió de sus penas. Por simple agradecimiento le siguió a donde fuera que el la llamara. Mas tarde anhelo el poder que poseía aquel individuo de penetrantes ojos azules y cabellos negros como el carbón. Él le prometió poder, influencia y muchas cosas mas.

Hasta la fecha le sigue siempre, pero algo mas lo tiene atada a él, algo mas que simple interés, algo que puede destruirla.

Una joven sin ataduras, sin temor a perder o a morir. Acepta cualquier reto que se le de. No piensas las cosas más de una vez, es bastante impulsiva y fiel a sus sentimientos. Conocedora de su belleza, Sveltana gusta de jugar con los hombres que desean algo con ella; le gusta sentir que tiene el poder de destruir y lastimar. Traidora, manipuladora y seductora. En el otro extremo es bastante atenta con los que ama. Protege lo suyo como nadie. Es bastante allegada a su maestro, como ella le llama: aquel individuo que le dio la esperanza de algo mejor, de poder, de reconstruir. Es una persona difícil de descifrar, y si se le quiere conocer bien, pues que sea la paciencia la más poderosa herramienta.